Aplicar la perspectiva de género en el mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación implica entender las relaciones de poder dentro de la sociedad, y estar conscientes de la desigual relación de poder entre hombres y mujeres en cuanto a la participación en relación a la edad, raza, urbano-rural, dentro de las comunidades locales, estados soberanos y a nivel internacional.
De acuerdo a la UNESCO si las mujeres pueden beneficiarse de iguales oportunidades en el campo del conocimiento es importante tener acceso no solo a una educación general sino también a una educación especifica que apunte al uso de las nuevas tecnologías. Tal entrenamiento puede ser una rápida forma en que las mujeres adquieran independencia financiera y un mayor acceso a mejores trabajos. También es necesario incrementar el número de mujeres jóvenes en educación superior, ciencias y profesiones relacionadas con la tecnología.
En el mundo real, las mujeres sólo tenemos el 15% de representación en posiciones de poder pero siempre hemos sido el 50% de la población. ¿Porqué esta diferencia? Antes, porque las estructuras patriarcales decían que no podíamos aprender, leer, tener una carrera. Estos postulados han demostrado estar equivocados. No sólo tenemos el derecho, en realidad, podemos. Y lo sabemos. Podemos y tenemos lo que se necesita.
Desde el surgimiento de las necesidades de comunicación en los movimientos de mujeres y grupos feministas en relación a la conferencia mundial de la ONU en la década de los 90 (Eco92, Conferencia de Población de El Cairo 1994, Conferencia de Beijing 1995) el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación se ha vuelto cotidiano. Así, el lobby, las discusiones en listas electrónicas y foros, las publicaciones, servicios, radios comunitarias feministas online, portales webs, entre otras iniciativas se han convertido en plataformas fundamentales dentro de la estrategia de apropiación del ciber espacio para maximizar el impacto de objetivos comunes.
Estudios recientes dicen que las mujeres son las usuarias principales de las redes sociales y otras herramientas 2.0. De acuerdo a la encuesta global ComScore, en mayo de 2010 el 75.8% de las mujeres usuarias de Internet participan en las redes sociales comparado con un 69.7% de los hombres, una figura significativa ya que hay más hombres que mujeres en internet (57% versus 48%). Latinoamérica tiene la más alta fidelidad de mujeres en las redes sociales, con un 94% de usuarias y se impone claramente en aquellas herramientas que implican interacción social.
El empoderamiento es la razón detrás de la pantalla. El acceso, manejo y conocimiento de las TICs permiten a las mujeres redescubrir nuevas habilidades, mejorar la autoestima y facilita la superación de la “Tecnofobia”, que nos afecta principalmente. Ahora es tiempo para las mujeres de ir de la red a la conexión: Tenemos que vincularnos unas a otras a través del uso de estas herramientas, bajo la premisa de que nuestra presencia online es un objetivo de desarrollo. Estar online es el primer paso hacia el cambio social.