Jacqueline Franco Barnes
Me case el 24 agosto de 1992 y luego, en ceremonia litúrgica el 12 septiembre de ese año, con un joven que tenia ministerio en mi iglesia; lo único que esperaba yo era conformar una linda familia, aunque me instruyeron en todos los cursos pre-matrimoniales pertinentes. Nadie me preparó para vivir la más cruel pesadilla. En noviembre de 1992 ya me estaba golpeando. Me propinó una paliza que con dificultad pude llegar a mi cama, arrastrándome por el piso (insultos, puños, patadas y su favorito tomar mi cabeza contra pared una y otra vez).
Al amanecer, después de una larga noche, me pidió perdón llorando, cayendo en estado depresivo. De ahí comenzó una vida de golpes diarios; me esforzaba por complacerlo, pero todo le disgustaba, nada para Él era Suficiente. Me torturaba por horas. Me hacia arrodillar y suplicar perdón, pero aún así no apagaba su ira. Así fueron casi 20 años de mi vida.
Lejos de dejar de suceder, fueron aumentando los castigos. Eran más fuertes y yo confundida, con miedo, recurría a la iglesia evangélica, nuestra congregación de oraciones y de reuniones. No pasaba un día. Se hizo una, así llamada, Liberación, donde él decía que una voz le decía que me tenía que matar delante de los ministros: Jhon Conelly, Tomas Nunciato, Fernando de La Cruz y Martin Cueto, este último quien nos caso. Yo temblaba de miedo porque sus golpes eran mortales.
Así paso el tiempo y yo, esperando por ese milagro que en la iglesia se predicaba; asistía a cuanta renovación de votos, retiro de parejas había; pedía perdón, me exaltaba delante de todos y se calmaba, pero luego reincidía. Me cuestionaba a mi misma y me decía: Dios ¿Es esta la vida que tu querías para mi? Realmente no creo que esto sea la vida de Cristo que muchos predican.
A los 2 años quedé embarazada; aún en mi estado no fui respetada. Se ensañaba contra mí, me pateaba. Mi bebé se movía en mi barriga de una manera como si sintiera todo lo que yo padecía y yo oraba a Dios para que mi hija no le pasara nada. Nació mi bebe, una niña, su puntaje 10, excelente salud y muy inteligente.
Me refugié en mi bebé, nunca tuve empleada. Yo era la del Todo, él era mezquino con nosotras, nos trataba de una manera en público y en la intimidad me ofendía y humillaba. ¿Dónde estaba el hombre que hablaba de Dios en un púlpito? Era de mucha intimidad con la mujeres, cosa que no me gustaba y si le decía algo me golpeaba. Creo que las IGLESIAS se vuelven cómplices, ellos saben muchas cosas, pero las ocultan.
Su problema no era espiritual a mi modo de ver, yo tengo la seguridad que el padece de Esquizofrenia igual que su madre; tengo documentos que lo prueban, es un psicópata, disfrutaba torturarme, encerrarme en un cuarto por horas, me decía que me iba a cortar el cabello, la cara, pasaba una tijera por mi rostro mientras yo lloraba y suplicaba. Tiene una profunda adición a la pornografía. Lo encontré muchas veces con vídeos escondidos; eso sería una vergüenza para el Pastor e Ingeniero de Sistemas y Docente quien goza de un prestigio y al que todos alaban como distinguido.
«Accidente» en el brazo
Él me acusa de la pérdida de su trabajo como Director de Planeación de la Clínica Bautista. Le cancelaron el contrato por robar información y llevarla a la Clínica Campbell (Siempre me culpaba de Sus Errores). Su Ex jefe Walter Viafara Sabia que el me golpeaba una vez me refugio en su casa por 3 días.
Y así pasaron décadas. Cuando mi hija creció, ya a ella no la respetaba, lo hacia delante de ella y la castigaba quitándole lo que más quisiera por ayudar a su madre, vendiendo su regalo de navidad o su celular. Nos hacia llorar todas las navidades, era la fecha más negra para nosotras.
De las tantas golpizas hay 3, las más contundentes, que fueron:
1) Un 24 de diciembre que me mandó abajo de las escaleras de mi edificio. Mi vecina (Silvia Padilla – Abogada) presenció todo; en pijama me sacó. Vino la policía como siempre pero nunca hacía nada; por un tiempo me quedé donde mi mamá pero allá iba.
2) La vez que llegue a la iglesia y denuncié la vida que me daba, me subió a la camioneta, me llevo a un lote, mientras me traía a alta velocidad con insultos y golpes y me llevo a un lote solitario; eran como la 1 p.m.; no había nadie y me dijo «NADIE SABE QUE ESTÁS AQUÍ… Y AQUÍ TE VAS A MORIR». Me tomó de la camisa, me bajó de la camioneta me tiró al lote .
Caí y se me abalanzó encima. Tomó mi cabeza y con las llaves de la camioneta empezó a lacerar mi cráneo, una y otra vez. Yo sólo pensaba en mi hija que estaba en casa, tenía que vivir; yo ni sentía dolor, sólo pensaba en zafarme, escapar, pero no podía. Cuando me pude soltar, pasé mis manos por mi rostro y pensé que era sudor pero no; cuando vi mis manos, las vi bañadas en sangre; allí comprendí que mi cráneo sangraba. Sólo dije: » si me muero aquí la única manera que sepan que él lo hizo es poner mis manos en su ropa… «Así lo hice.
Eso lo enojo más. Me subió y me daba «el paseo de la muerte», hasta cuando llegue a una gasolinera, donde un taxista me miró y le dije con señas ¡Ayudameeee! él llamo a la policía. Nos interceptaron, pero como siempre sólo lo aguantaron para que yo huyera (no lo judicializaron, no se lo llevaron) y se presentó en la Casa. Llegaron mis hermanos practicantes de la misma religión, entonces todo calmado como si nada. Yo fui sola y lo volví a denunciar, pensando que algún día podría ser libre de este abusador.
3) Fue un 30 diciembre cuando le dije que por favor abandonara el hogar; que yo era consciente que debía tener a alguien, que me dejara en paz; entonces empezamos a discutir. Se abalanzó contra mi y me mandó un puño certero al rostro. Yo lo escudé con mi brazo derecho, el cual de inmediato lo fracturó. Apenas ví el brazo hundido, supe que estaba partido.
Como pude salí de la habitación, tome un cuchillo de cocina, para que no se me acercara; estaba asustada, tenía miedo, sabía que en ese estado no podía defenderme (No Soy Violenta, no soy homicida) y aun así me fui a bañar a ver como hacía con mi brazo. Me dijo: «Te voy a hacer el favor de dejarte en una clínica, pero no puedes decir nada porque luego no te atienden, di sólo que te caíste». Así fue, me dejó tirada en la clínica, me partió el cúbito. Era cirugía, llegó una prima a auxiliarme porque plata NO tenía, él manejaba todo.
Mi cirugía fue programada para un mes. Volví a medicina legal. Recuerdo el nombre de la secretaria, ya la conocía de tanto ir: Mireya. Le dije «hola, Soy yo de nuevo, ahora vengo por mi brazo». Fui valorada. Allá si conté la verdad; luego esos documentos yo los tenía en mi cartera. Yo estaba con mi hija y el pasó por nosotras donde estábamos. Cuando metió la mano en mi cartera y dijo «¿Esto qué es? Y empezamos a forcejear mientras manejaba. Mi hija gritaba » déjala a mamiiiiii !!!» aún recuerdo los gritos y siento un profundo dolor… como pude exponer a mi hija a tanta violencia, su vida en peligro.
Jacqueline y su agresor, Julio Barceló Dib.
Nos llevó a una calle solitaria y de ahí mi hija y yo nos tiramos del carro andando. Recuerdo que él nos perseguía y yo, de un brazo mi hija y el otro partido en dos; gritaba «¡Auxilio, Ayúdenos por Favor!». Encontramos un carro de unos jóvenes que estaba varados y nos vieron. Nos auxiliaron escondiéndonos. Como milagro de Dios, el carro prendió, nos llevaron a casa, antes al CAI de Policía, porque yo tenía una medida de protección, que nunca sirve para nada.
Tome la decisión de pelear por mi libertad pues descubrí que el Pastor mentiroso mantenía una «doble vida»: Una moza por mas de 9 años; su Secretaria (Karen Margarita Torres Meza) quien no tenía nada y vivía en el Sur de mi ciudad, Barranquilla. Hoy es Gerente de empresa.
Fotos del Servicio Forense del Hospital
Él tiene un séquito de corruptos que quieren acabar conmigo; porque nunca estuvo quebrado como nos hizo creer. Desangró las arcas de nuestra sociedad conyugal vigente, distrayendo bienes, saqueando cuentas, vendiendo para ellos capitalizarse. Ahora no solo él está en mi contra, sino el personal, que lo venera.
Es un encantador de serpientes, calculador; como buen psicópata, inteligente, sagaz , me ha acusado por todos lados porque decidí defenderme y pelear por mi libertad y por lo que me pertenece. Me llegó una medida de protección definitiva a FAVOR DE ÉL , se la otorgó la Comisaría De Familia y a mi me mandan a psicología cuando a mi nunca me citaron. Me denuncio en Fiscalía, porque escribí en el Grupo de Rosa Elvira Celis denunciado que yo Soy víctima de Violencia. Me pregunto : ¿Cómo es posible que la fiscalía tome una denuncia así?
El Señor Julio Cesar Barcelo Did, consultor reconocido en las diferentes instancias de formación superior y de salud, quien goza de un prestigio, es un peligro para la sociedad, no sólo es un fraude. Si investigan las direcciones que da donde según quedan las oficinas, no EXISTE. ¿Qué empresa hace negocios y le da millones a una persona que luego no tiene donde ubicar? Ahora mismo, no sabemos donde vive; según dicen, donde su hermana, porque a la moza la tiene viviendo en Ciudad Jardín, dónde también está la oficina.
Todo es truculento y macabro . ¿Qué esconden estos personajes? Según él, dice que yo lo persigo, pero él llevo en la demanda todo mi Facebook fotocopiado, más de 2500 fotos, más mi Twitter y todas las redes sociales donde tengo cuenta, los diferente periódicos y revistas donde salgo. Ahora, ¿Cómo una persona que no tiene Facebook ni Twitter hace esto? Yo podría decir que él me acosa. Es él quien lee todo lo que escribo… Es mas, él negó que me golpeara y reprochó a los hombres que lo hacen.
¡¡Dios mio que capacidad para engañar y mentir!! Cuando la mayoría de las personas cercanas a mí lo saben, siempre lo hizo; hasta Isabella Santo Domingo, conocida en el medio, lo sabía bastante. Me dijo: «Jacquie, él nunca va a cambiar, es una cosa muy fregada eso de la Religión» (Jamás se me olvidaron sus palabras)! Le comenté a María Clemencia Rodríguez de Santos. Recuerdo que me dijo «¿Por qué no está preso?» Le dije «No sé, ojalá podamos seguir hablando del tema más adelante» .
Y así, tratando de salir de esta situación enfermiza de maltrato, que aún está en proceso y aún él molestando y acosando con el factor económico. El sistema es permisivo, más bien, yo diría, cómplice del hecho. En cuanto a lo económico, él se basa en que tengo amistades influyentes y gozo de un estado económico estable; nada más alejado de la realidad, mis amigos no tienen por qué mantenerme, son amigos y conocidos que compartimos un momento, un instante en mi vida entre presidentes, ministros, senadores, farándula gente conocida y listo. Pero luego cada uno a su vida.
En la demanda se generaron embargos, los cuales su familia, los Dib David, se rehusaron a aceptar. Eso se llama desacato a la orden del Juez. El Señor Barcelo Dib tiene como propósito dejarnos literalmente en la calle a mí y a mi hija, cuando se gana al año mas de 500 millones en su trabajo, por licitaciones y contratos y en sociedad de su familia, hace parte 17 propiedades en que están casas edificios, locales etc. y se hace llamar POBRE; ¡por Dios! ¿A quién engañamos?
Ahora me encuentro desesperada; luego de un acuerdo momentáneo, el Sr Barcelo Dib no esta cumpliendo. Nos juega con la cuota alimentaria, la que quedó en consignar el 100%. Se mofa del acuerdo pactado. Tanto ha sido, que mi hija, quién ganó la «Beca Orgullo Caribe» de UniNorte por su excelente desempeño en las pruebas de ICFES y su alto rendimiento escolar (Scholastic), está desesperada y me preocupa altamente, porque ella tuvo pincipios de anorexia por toda esta situación, pero como dice ella: «Mami, todo lo hace para dañarte y atormentarte». Él aun no acepta perderme, no porque me ame, es una locura, sólo porque yo era su muñeca para torturar y desbordar su sevicia, su ira, su cobardía.
No sé que hacer, no sé como ser libre de una vez por todas de ese sujeto, que en todo momento me ha querido robar la vida.
Tengo todas las denuncias autenticadas, que son reales; sólo me quedó una foto, porque como buen ingeniero, me borró la mayoría; pero los reportes de medicina legal y denuncias están, pero desgraciadamente precluyeron (prescribieron). Eso no debería ser licito, si es una tortura denunciar!! Aparte nos rematan en casa por hacerlo y luego precluyen porque nadie nos defiende!!
Los abogados me dicen que él sabe que mi Talón de Aquiles es mi hija, por eso se mete con su propia hija para desestabilizarme. Que madre no pelea por su hija.»
Atte. Jacqueline Franco Barnes
*Jacqueline Franco es una mujer colombiana, perteneciente a un nivel socio-económico acomodado. Es también una mujer valiente. Ha aceptado mi propuesta de ser la primera en inaugurar en este blog la categoría de «Bloguera Invitada». Y lo hace con aquello que más duele, pero que, por lo mismo, puede llamarnos a la reflexión y a la acción. En este post, Jacqueline nos relata con toda honestidad, su terrible calvario con la Violencia Doméstica; por si acaso, como ella dice, a alguien le puede servir. No es fácil hablar sobre esto, sobre todo cuando estamos inmersas en una cultura donde a quien denuncia se le culpa, se le considera la mala de la película, la problemática.
Acá el problema no es Jacqueline, que se casó confiando en su pareja. No hay pecado en enamorarse, creer en un proyecto de vida conjunto, en una vida común. No hay culpa en perdonar creyendo que no volverá a suceder. Nos han educado para aceptar las cosas como son, entre ellas, la violencia. Aprender que es NO ES NATURAL y que DEBEMOS hablar y denunciar a nuestros agresores, cuesta dolor, abandonar viejas creencias, pero también es el descubrimiento de un nuevo poder dentro de nosotras. No hay que esperar milagros. Nosotras somos el milagro.
Gracias Jacqueline, porque tu sufrimiento se va a transformar en una luz en la conciencia de muchas mujeres. También rompe los prejuicios de quienes piensan que el maltrato y la crueldad son patrimonio de las clases bajas, pobres y con falta de educación. Tu valentía hará a muchas mujeres valientes y nos inspira a las que ya estamos luchando a seguir adelante. No estás sola, ninguna de nosotras está sola.
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