Hoy es 14 de Febrero. Much@s estarán celebrando el día de San Valentín; al mismo tiempo, un billón de mujeres se están poniendo de pie para decir Basta! a la Violencia de Género, al acoso sexual en el trabajo y en la calle, a la Trata de Personas y a la negación de nuestro derecho a decidir sobre nuestra vida y destino.
Hoy me pongo de pie por nuestro derecho a la Equidad y para romper la Cultura del Silencio en el que esta Civilización Misógina en que vivimos nos ha educado. Creo que tenemos PODER sobre nuestra voz, nuestro cuerpo, nuestra vida. Poder para ser quienes elegimos; poder para liderar un cambio que transforme nuestra sociedad hacia un mayor bienestar, no sólo del 50% de la humanidad que representamos, sino para cada persona que vive en el planeta.
Hoy me pongo de pie por todas las mujeres que he conocido en mi vida: Por mi mamá, porque no fue educada para ser fuerte y eso la hizo blanco de distintas violencias durante su vida, a pesar de su inteligencia y preparación.
Por mi amiga Patricia, quien fue expulsada del Colegio cuando tenía 15 años, porque quedó embarazada, sin oportunidad de terminar su educación secundaria;
Por mi hija, porque hubo adultos que la abandonaron y otros que la acosaron por ser la hija de una mujer soltera; sin embargo, ella siguió adelante a pesar de las etiquetas y malas experiencias; hoy estoy orgullosa de su coraje y sabiduría.
Hoy me pongo de pie por una chica que conocí una vez, quien entre lágrimas me dijo que su novio la había violado; cuando fue a denunciar, la policía no le creyó;
Por mi amiga Gina, que huyó aterrorizada de Colombia, después de que el sangriento conflicto con los paramilitares asolara su pueblo en el Norte de Santander, obligándola a sumarse a los millones de desplazados de su país.
Hoy me pongo de pie por mis hermanas musulmanas, por las que desde las mezquitas, las universidades, las organizaciones de mujeres y redes sociales, están dando una lucha, sin precedentes en la historia de nuestra comunidad, contra los estereotipos, los fundamentalismos y los discursos misóginos; peleando por recuperar el valor de la espiritualidad y nuestro lugar con total igualdad en la reconstrucción de la voz de las mujeres en el Islam.
Hoy me pongo de pie especialmente por aquellas que aún permanecen en silencio, esperando que puedan encontrar la fuerza que necesitan para hacer oír su voz; quiero que sepan que no están solas.
Me pongo de pie por todas ellas y por todas las mujeres que no conozco, como también por las que me depara el futuro, porque yo vivo en todas esas mujeres y cada una de ellas vive en mí.
En estos tiempos de violencia sobre los cuerpos y las mentes, el acto más valiente es hablar por una misma.
Hoy nos ponemos de pie para tomar una posición a favor de la paz y la integridad de nuestros cuerpos y nuestras vidas; por una educación equitativa y por nuestra plena participación en nuestras sociedades. Hoy nos ponemos de pie para hacer ruido con nuestras voces y bailes a favor de la oportunidad de ser las Líderes y no las víctimas de nuestra propia historia.
Hoy me pongo de pie, como lo haré mañana y siempre, porque nosotras las mujeres compartimos las mismas dificultades y el mismo dolor, pero también las mismas esperanzas. Estamos aquí para transformar nuestra experiencia en conciencia, nuestra conciencia en libertad y nuestra libertad en realización.
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