El martes 9 de abril de 2013 tuve oportunidad de conectarme con otras mujeres activistas a través de AWID, una comunidad de información y herramientas para defensoras de Derechos Humanos, a través de la sesión webinar del programa de «Empoderamiento y Protección para Defensoras de Derechos Humanos», en la cual participaron mujeres de todo el mundo para intercambiar opiniones y experiencias sobre su labor en este ámbito y conocer, al mismo tiempo, la realidad colombiana en lo que respecta a la lucha de las mujeres afrodescendientes contra la minería y las incursiones armadas en el marco del conflicto.
El programa awid de empoderamiento surgió como respuesta a la violencia contra las activistas de parte de los poderes y para identificar oportunidades de colaboración y trabajo en red para protegernos unas a otras. Pretende aportar una perspectiva Feminista para asegurar la eficacia de los recursos y que estos se ajusten a las necesidades reales de las mujeres.
Antecedentes
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos. Ésta afirma: “Toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a promover y procurar la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional”. Enfatiza que “la responsabilidad primordial y el deber de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales incumbe al Estado” y que “todos los miembros de la comunidad internacional deben […] promover y fomentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción alguna, en particular sin distinción por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social…”.
A fin de apoyar la aplicación de la Declaración y también recabar información sobre la situación actual de defensores de derechos humanos en todo el mundo, el Secretario General de la ONU estableció en el año 2000 el mandato para una Relatora Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos.
Sinopsis del informe de la Relatora
El nuevo informe cubre las actividades de la Relatora Especial desde diciembre de 2009 hasta diciembre de 2010 y ofrece un análisis de los riesgos y desafíos que enfrentaron las defensoras de los derechos humanos y quienes se dedican a los derechos de las mujeres y las cuestiones de género durante el periodo de 2004 a 2009. Asevera que “las defensoras corren mayor riesgo de sufrir determinados tipos de violencia y otras violaciones, perjuicios y formas de exclusión y rechazo que sus colegas varones. Ello suele deberse a que se considera que las defensoras cuestionan unas normas socioculturales, tradiciones, percepciones y estereotipos aceptados acerca de la femineidad, la orientación sexual y el papel y la condición de la mujer en la sociedad”.
El informe presenta datos incontestables sobre violaciones contra las defensoras y quienes se dedican a los derechos de las mujeres o las cuestiones de género, como también contra sus familias. Describe la amplia gama de áreas en que las defensoras trabajan – entre otras, derechos sexuales y reproductivos, derechos de las personas indígenas y asuntos relacionados con el medio ambiente, sindicalismo y derechos laborales, impunidad y acceso a la justicia. Las y los defensores que denuncian abusos en contextos de conflicto militar, antiterrorismo y países afectados por el conflicto (y post-conflicto) están presentes en todas las regiones, con mención de la República Democrática del Congo, Sudán, Colombia, Cáucaso del Norte, los países de la península Balcánica y Nepal. El informe resalta específicamente que mujeres profesionales – incluyendo a profesionales médicas, de la salud y jurídicas, periodistas y profesionales de los medios de comunicación – se encuentran en riesgo.
Hallazgos del informe
Los riesgos y violaciones que se reportaron en el periodo 2004-2009 incluyen: (a) amenazas, amenazas de muerte y asesinatos; (b) arresto, detención y criminalización; (c) estigma; y (d) violencia sexual y violación. Entre los hallazgos más importantes figuran los siguientes:
1.-“Un número alarmante de defensoras de los derechos humanos y sus familiares pagaron el más alto precio por su labor”. La Relatora recibió 39 comunicaciones sobre asesinatos y 35 relativas a intentos de asesinato.
2.-Las defensoras en las Américas tienen mayores probabilidades de sufrir amenazas, amenazas de muerte, asesinato e intento de asesinato; más de la mitad de las comunicaciones relativas a amenazas de muerte se refería a defensoras que trabajan en las Américas, con especial énfasis en Colombia, México, Guatemala, Brasil, Honduras y Perú. “Uno de los grupos que parece correr más riesgos es el de las defensoras que luchan contra la impunidad de las presuntas violaciones de los derechos humanos”. Se hizo una mención especial de los riesgos a que están expuestas las sindicalistas y defensoras de los derechos laborales, las activistas por los derechos de las personas indígenas y las que actúan en las esferas del medio ambiente y de los derechos a la tierra.
3.-El informe también menciona violaciones contra activistas de movimientos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales que iban desde asuntos de carácter judicial (arrestos, acoso judicial, detenciones administrativas, etc.) hasta atentados contra la libertad de reunión o asociación, así como asesinatos, violación y otros tipos de violencia sexual, ataques físicos y estigma. Preocupaciones acerca de defensores LGBT fueron específicamente resaltadas en África (Sudán y Uganda).
El informe señala que el análisis de las comunicaciones recibidas por la Relatora Especial “revela una tendencia preocupante en cuanto a la criminalización de las actividades que llevan a cabo las defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o las cuestiones de género en todo el mundo”. Esto incluye detenciones y criminalización del trabajo de las defensoras, así como la realización de investigaciones penales e irregularidades en cuanto al respeto de las garantías procesales y el derecho a un juicio justo. “En comparación con América Central y del Sur, donde son más comunes las amenazas, incluidas las amenazas de muerte, las detenciones y la criminalización son más habituales en Asia y el Pacífico”. China y la República Islámica del Irán son mencionadas en relación a preocupaciones por detenciones y sentencias de reclusión. El informe también menciona a Europa y Asia Central debido a arrestos, detenciones y criminalización.
Mecanismos de Protección
El programa de Awid se enmarca dentro de los mecanismos de protección de las activistas. Awid advierte que no se le da real valor al trabajo y al impacto del activismo de género, lo cual lo hace invisible y genera vulnerabilidad en las defensoras. Los objetivos de su programa de empoderamiento se basan en 4 ejes: Promover, Fortalecer, Producir Conocimientos y Movilizar en torno a las problemáticas que afectan a las mujeres y las soluciones disponibles. Las Feministas no sólo defienden derechos de las mujeres. El impacto de su labor se extiende a toda la sociedad. Awid apoya a las activistas a través de: Difusión, alertas, informes ONU, trabajo en red, alianzas y promoción del autocuidado.
Estas medidas incluyen incrementar su visibilidad a través de denuncias y campañas públicas, establecer alianzas estratégicas con otras organizaciones nacionales e internacionales, brindar acompañamiento a las defensoras en situación de riesgo y abstenerse de hablar en público sobre sus actividades para no llamar la atención. Sin embargo, “aunque esas iniciativas son dignas de elogio y a menudo extremamente eficaces, no pueden reemplazar las políticas o los programas estatales necesarios para satisfacer eficazmente las necesidades de seguridad de este grupo de defensoras”.
Este programa es un esfuerzo importante para visibilizar, reducir y enfrentar los riesgos extraordinarios que las defensoras de los derechos humanos y quienes se dedican a los derechos de las mujeres o las cuestiones de género en las diferentes regiones del mundo enfrentan debido a su trabajo, ya que “la seguridad de esas defensoras está inextricablemente relacionada con la seguridad de sus comunidades y solo se puede lograr plenamente en el contexto de un enfoque holístico que comprenda, entre otras cosas, la consolidación de la democracia, la lucha contra la impunidad, la reducción de las desigualdades económicas y la lucha por la justicia social y ambiental”.
Debe estar conectado para enviar un comentario.