«Muslima»: Rompiendo Estereotipos y Visibilizando las Voces de las Musulmanas del Mundo

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  • «Muslima: El arte y las voces de las musulmanas» es una gran exposición en línea que agrupa y da voz social a los movimientos feministas islámicos.
  • Una de las secciones, «Muslima stories», reúne crónicas multimedia de mujeres que han logrado superar las coacciones y el miedo a los integristas.
  • La escritora Samina Ali es la coordinadora de la muestra, apadrinada, entre otras, por la abogada iraní Shirin Ebadi, primera musulmana que ganó el Premio Nobel de la Paz.

La palabra Muslima, con mayúscula inicial, se aplica en árabe a la mujer que cree en dios y defiende sus valores —oración, caridad, exigencia, bondad y clemencia—. En algunas comunidades musulmanas una Muslima es una mujer que reza cinco veces al día y se cubre el cuerpo en alguna de las medidas que establecen las muchas y diferentes interpretaciones del Islam.

La novelista Samira Ali, medio india medio estadounidense, considera que estas definiciones no son correctas ni justas. Ella misma es musulmana y no  encuentra cabida en los lugares cerrados de la semántica. Eso mismo le sucede, dice, a muchas mujeres como ella. «No somos ese tipo de muslima», dice, escribiendo intencionadamente con minúscula la palabra para transformar su carácter estanco y dejar que en el término entren todos los matices que se dan en cualquier credo religioso y a los que no parecen tener derecho las mujeres musulmanas, «las únicas a las cuales parece permisible juzgar o incluso ridiculizar en el mundo de hoy».

«La Palabra Musulmán es Incluyente»

Activista del feminismo islámico —es cofundadora del grupo Daugthers of Hajar que quiere extender el sentido de liberación femenina entre las musulmanas residentes en los EE UU—, Ali prefiere que muslima tenga un sentido benigno. «La palabra muslima, en minúscula, incluye a cualquier mujer que crea en un poder superior y en el avance de la bondad en el mundo. En el Corán todos los profetas son llamados muslim, no sólo Mahoma sino también los que compartimos con otras creencias: Adán, Abraham, Noé, Moisés, David, Jacob y Jesús. La palabra musulmán es incluyente».

Dar voz social a las mujeres musulmanas sin miedo. Con esa idea como punto de partida, la autora de la novela Madrás bajo la lluvia (2005), ganadora del premio al mejor libro extranjero en Francia y finalista del PEN/Faulkner, ha puesto en marcha una gran exposición en línea. Muslima: Muslim Women’s Art & Voices (Muslima: el arte y las voces de las mujeres musulmanas), que pretende dar voz social y adjudicar una imagen clara y personal a las mujeres musulmanas «sin miedo» de todo el mundo —incluídos los países con regímenes más intransigentes en materia de derechos de la mujer: Arabia SaudíAfganistán,YemenSudánIrán…— que han logrado sobreponerse a la coacción y el temor a los integrismos para defender una idea liberadora del Islam.

Destacadas Líderes del Activismo

Con una web de diseño moderno, rápida en descarga y muy fácil en navegación, la muestra está organizada por el International Museum of Women, una organización sin ánimo de lucro dedicada al fomentar el ideario feminista mediante Internet, y tiene entre sus madrinas a destacadas líderes de opinión y activistas, entre ellas la abogada iraní Shirin Ebadi, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2003 por sus esfuerzos en la defensa de los derechos humanos de mujeres y niños en su país; la sudanesa Fahima Hashim, también abogada, dedicada a la lucha de las mujeres maltratadas socialmente por la administración islámica de Sudán, y Sima Samar, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Afganistán.

La exposición reúne obras de más de cincuenta artistas musulmanas. La exposición incluye una muestra de arte femenino musulmán contemporáneo, con obras online de más de cincuenta artistas, entre ellas la pintora palestina Laila Shawa, nacida en Gaza en 1940, autora de series como Children of War, Children of Peace (Niños de la guerra, niños de la paz) sobre las consecuencias para los críos palestinos de la vida en un ambiente de contínua amenaza, y la fotógrafa Boushra Almutawakel, que ha estudiado en retratos y montajes la estética y los efectos del hijab, el velo que usan las mujeres en su país, Yemen.

Romper los estereotipos negativos que padecen las musulmanas. El fin último de la bien montada y rigurosa muestra es «romper los mitos y estereotipos negativos» que padecen las musulmanas. Las promotoras de Muslima: Muslim Women’s Art & Voices piden el apoyo a la campaña Speak Up! Listen Up! (¡Habla! ¡Escucha!), que recoge firmas contra la «discrimación y la injusticia» femeninas en los países islámicos, pero también contra las ideas falsas.

Envío de Minihistorias en Seis Palabras

En la sección Muslima Stories, mujeres musulmanas cuentan en pequeñas piezas multimedia su historia, deseos o temores en seis palabras o mediante igual número de imágenes. Las organizadores pidieron la participación y envío de piezas que respondan a la pregunta: ¿Qué significa para ti ser un mujer musulmana hoy?. Los envíos, que fueron alojados en la web de la exposición, fueron subidos aquí.

Mi Participación en «Muslima»

Para mi fue una alegría enorme poder ser parte de esta muestra, que no es sólo una exposición de la diversidad de «muslimas» que vivimos en el mundo, sino que además fue un punto de encuentro con otras musulmanas que están luchando por lo mismo: Romper estereotipos, insertarse en la sociedad, visibilizar su identidad religiosa y hacer oír su voz en un mundo patriarcal.

Mi texto de seis palabras fue «Feminist for the Will of Allah « – Feminista por Voluntad de Dios y lo expliqué de esta manera:

«Soy musulmana porque soy feminista. Creo que esto es natural. Toda persona, hombre o mujer que se identifique como musulmán no debe tener problemas para ser llamad@ también feminista. El feminismo no es una cuestión de sexos sino de justicia social.

El Islam fue la primera revolución feminista con base teológica en la historia de la humanidad. El  Corán vino con un mensaje de libertad, la justicia social y la liberación. Hizo iguales a todas las personas ante Dios. Dios no tiene sexo ni género y no hay categorías entre las personas. Lo único que distingue a un musulmán o musulmana de su herman@ es su capacidad para hacer el bien.

Soy activista por los derechos de la mujer en el Islam porque estoy cansada de ser estereotipada, menospreciada y silenciada. Estoy cansado de la ignorancia de la gente y de escuchar las opiniones de los hombres sobre las mujeres como si fueran la revelación sagrada.

Mi lucha está dirigida a empoderar a las mujeres musulmanas para que reclamen su lugar y su participación en la construcción de sus sociedades y comunidades. Como musulmana y feminista, creo en el potencial de las mujeres musulmanas de ser investigadoras, profesoras y teólogas. Tenemos la capacidad y el derecho a obtener y difundir el conocimiento, a dirigir una oración y estar a cargo de nuestras comunidades.

No es que las mujeres musulmanas no tengamos voz, sino que nuestra voz ha sido ignorada por generaciones. Es hora de hablar alto y claro. Tenemos que dejar de ser awrah. Podemos y debemos ser el cambio que queremos ver. Al mismo tiempo que reconocemos el legado de nuestras hermanas del pasado, es importante reconocer nuestro papel en la historia actual y recuperar nuestro Califato (Nuestra parte activa en la sociedad) sin dudarlo. Está en nuestras manos para crear un nuevo legado para el futuro.»