Más de 2000 muertas por Feminicidio … Más de 700 desaparecidas en Argentina .. y más en América Latina y en el mundo.
Cuando era de esperar que no sobreviviríamos…
Doce meses transcurrieron desde que el acontecimiento #Ni Una Menos movilizó a miles de cientos de cuerpos que se reunieron en las plazas y en las calles. ¡Vivas nos queremos! simboliza la consigna de este año:
Ni una menos por femicidio, por trata, por aborto clandestino, por persecución judicial, por despido, por homo, lesbo y trans odio.
Por los feminicidios silenciados de mujeres indígenas y campesinas cuyos cuerpos se oponen como el último bastión en los conflictos territoriales contra el agronegocio, las corporaciones mineras o sojeras, la Marcha de Mujeres Originarias se hace presente este año invocando el derecho al Buen Vivir. Desde Honduras, el feminicidio de la líder indígena hondureña Berta Cáceres, asesinada vilmente, nos interpela en las luchas que las mujeres llevan adelante contra el sistema capitalista y extractivista. Berta fue la principal promotora de una campaña contra la construcción de una represa hidroeléctrica en el Río Gualcarque, lugar sagrado para el pueblo lenca.
Tras décadas de lucha de familiares y movilizaciones, el mapa de las luchas de las mujeres latinoamericanas contra los feminicidios abarca desde Ciudad Juárez hacia el último cielo de Sudamérica. En México, Susana Chávez acuñaría la consigna Ni Una Más para identificar la lucha contra los feminicidios. La escritora y activista, que escribiera Sangre en homenaje a una de las tantas mujeres muertas, apareció ella misma asesinada en 2011. A esa consigna le siguió Ni una mujer menos, ni una muerta más. No se trataba tan sólo de un problema del lenguaje. Era un tema de cuentas.
Por ello, el movimiento #NiUnaMenos colocó entre sus consignas de 2015 la creación del “Registro de Feminicidios”. Lo cual no significa que el movimiento se agote en él. Cada 30 horas una mujer muere en Argentina. El cuerpo de una niña es sacrificado, la infancia es asediada cuando se separan a la/os hermana/os de una familia por feminicidio vinculado.
#NiUnaMenos tiene una tarea inmensa que incluye muchos frentes, entre ellos la justicia patriarcal y machista, la desresponsabilización de los Estados por acción u omisión, la educación por una vida libre de violencias para las mujeres, la violencia mediática, la despenalización del aborto y más… La cuenta no (nos) cierra.
No queremos que nos arrebaten a otra mujer de la comunidad de mujeres. Por eso las contamos: más de 2160 asesinadas, de 700 desaparecidas, de 400 huérfanos… Las contamos todas y todos. Los familiares, las mujeres, los movimientos de mujeres, las feministas, la sociedad. Y nos faltan. La cuenta no nos cierra. Pedimos por eso que el Estado nos brinde los datos. Queremos la cuenta exacta. Sus vestidos (están) colgando de las perchas, sin sus cuerpos. Los zapatos rojos esparcidos por las calles, para traerlas a la memoria. Las contamos para exigir lesa humanidad.
Pero aún para el poder, debemos comprobar la sistematicidad. Los cuerpos, hallados, desaparecidos, huesos en el desierto, son reclamados hoy y siempre. La fuerza es haber logrado reunirlos a todos y alterar el régimen de lo invisible y lo (d)enunciable. La lista es infinita; pero alimenta la esperanza poder cerrarla. Lo que importa es que hoy todas y todos compartimos el mismo lenguaje y exigimos que la cuenta cierre. De una vez por todas. Que nos devuelvan a las desaparecidas por la trata. Ni Una Mujer Menos, Ni Una Muerta Más. Las queremos a todas de regreso a casa.
Ni Una Menos. Vivas nos queremos!
Karina Bridaseca Feminista descolonial. Coordinadora del Programa Sur-Sur (CLACSO). Coordinadora de la Red de Derechos Humanos e Investigadora Independiente del CONICET. Profesora de UNSAM y UBA.