Declaración de MUSAWAH en Solidaridad con las Mujeres y el Pueblo de Afganistán

En el movimiento Musawah escribimos esta declaración en un contexto que cambia rápidamente, ya que los talibanes están a punto de apoderarse de la ciudad de Kabul. Nos solidarizamos con nuestras hermanas, socias y defensoras en Afganistán. Estamos horrorizadas por las injusticias y los daños que ya ha sufrido el pueblo afgano, más aún en las últimas semanas.

Como organización feminista y líder del movimiento por la justicia e igualdad de género en la comunidad musulmana mundial, conocemos bien las barreras estructurales que enfrentan las mujeres y niñas afganas para vivir una vida libre de violencia y daño.

Las mujeres afganas, en toda su diversidad, se encuentran en las intersecciones tóxicas de décadas de guerra, inestabilidad política y económica, el colapso total de los servicios básicos desde el agua potable hasta la atención médica segura, el uso de armas en las ideologías de potencias extranjeras y la cooperación extremista con religiosos que justifican la violencia en nombre de la justicia y/ o la fe. Los devastadores impactos de la pandemia Covid-19 se suman a la miseria y la gravedad de la situación que ahora enfrentan las mujeres, las niñas y el pueblo afgano.

Las mujeres y niñas afganas están siendo abandonadas nuevamente. Los sacrificios que han soportado ellas y el pueblo afgano en su búsqueda de la justicia y la igualdad parecen ahora en vano. Una socia de Musawah nos informó que:

Esta vez, los talibanes han venido para vengarse. Tienen listas de activistas y los han estado matando cada vez que se hicieron cargo. Es evidente que el asesinato premeditado y selectivo de defensores de los derechos humanos y de los considerados colaboradores es un objetivo estratégico claro. Continúa diciendo: “El pánico es real. Las embajadas están cerradas, por lo que incluso aquellos que quieran y puedan pagar no podrán irse. Estamos perdidos, confundidos y heridos

Musawah y sus socias pedimos lo siguiente:

Pedimos a los países vecinos que mantengan abiertas sus fronteras y garanticen el paso seguro de los refugiados que huyen.

Exigimos que todos y cada uno de los esfuerzos para resolver esta crisis política que ha llevado a una trágica devastación humanitaria involucren a las mujeres afganas y al movimiento de derechos humanos de las mujeres locales como socios centrales y miembros de la coalición en cualquier esfuerzo por responder a este conflicto.

Instamos a los movimientos internacionales de mujeres y a todos aquellos que luchan por el derecho a una vida libre de violencia y opresión a que presionen a sus gobiernos y escriban o envíen correos electrónicos a sus representantes políticos para instar a que se tomen medidas que centren las necesidades de las mujeres y el pueblo afganos y se asocien con ellos.

Queremos alertar a todas las organizaciones de mujeres con sede en Afganistán que pueden acceder a los fondos limitados puestos a disposición por el Fondo de Acción Urgente para los Derechos Humanos de las Mujeres en Asia y el Pacífico (UAF A&P) para apoyar las medidas de seguridad y socorro en casos de desastre.

Reconocemos que todos también están tratando de encontrar formas de ser útiles en estos tiempos devastadores. Pedimos a los donantes, tanto individuos como organizaciones, que apoyen los esfuerzos de organizaciones como UAF A&P para proporcionar recursos y garantizar la seguridad de las defensoras de derechos humanos en Afganistán. Puede comunicarse con ellos en https://www.uafanp.org.

Texto Original: Statement of Solidarity and Call to Action to Support the People of Afghanistan

El Crimen de Honor que Levantó en Furia a las Mujeres de Jordania

 

Sarkhaat Al-Nisaa, que en árabe significa «Los Gritos de las Mujeres», es el nombre de una nueva campaña organizada por activistas feministas en Jordania, a raíz del brutal asesinato de una mujer de 30 años por parte de su padre en un llamado «crimen de honor», que ha puesto el tema de la violencia contra las mujeres en el país bajo el foco de atención, reavivando la furia pública y los llamados a la acción.

La mujer llamada Ahlam, divorciada y de poco más de 30 años, había sido devuelta recientemente a su familia después de ser ingresada en un centro de detención para mujeres por quejarse de ser víctima de abuso doméstico.

«Esta no es la primera vez, y lamentablemente no será la última», dijo la activista de 31 años Fatin Otoom. «La madre no hizo nada … le hizo una taza de té a su marido y él la bebió con la sangre de su hija todavía en sus manos».

El grupo se paró frente al Parlamento jordano el miércoles para dejar en claro sus demandas: quieren que el gobierno derogue los artículos del Código Penal de Jordania que permiten reducir las penas de prisión para los hombres que asesinan a sus familiares.

Los vecinos de Ahlam dicen que escucharon gritos a las 9 de la noche del día de su muerte y la vieron corriendo a la calle con el cuello sangrando, pidiendo ayuda a la gente porque su familia quería matarla. Nadie intervino cuando su padre vino corriendo detrás de ella con un ladrillo y la golpeó hasta matarla, antes de sentarse, encender un cigarrillo y beber una taza de té.

Debido al coronavirus, muchas naciones han visto aumentos en el abuso doméstico, incluida Jordania. En 2020, hubo nueve asesinatos contra mujeres. Anualmente, se reportan entre 15 y 20 «asesinatos por honor», según Human Rights Watch.

La princesa jordana Basma Bint Talal escribió en su página de Facebook: «Cuántas otras mujeres deben morir antes de que se tomen medidas punitivas adecuadas … No hay honor en el asesinato por honor y ya no podemos mirar hacia otro lado.»

Una Ley Francesa que Beneficia a los Agresores

A la vanguardia del movimiento Sarkhaat Al-Nisaa está Banan Abu Zaineddine, una activista feminista en Ammán. «El tema  de los crímenes  por honor está presente en todo el mundo árabe, no solo en Jordania», dice Abu Zaineddine.

«Me imagino que sucede en la mayoría de los países, pero en otros países tienen leyes que ayudan y apoyan a las mujeres, y las sanciones por cometer actos de violencia contra las mujeres son claras. Tenemos leyes en Jordania que no ayudan».

La más importante de estas demandas es la revisión de la estructura del Departamento de Protección de la Familia de Jordania y la revisión de artículos en el código penal que permiten reducciones en las sentencias sobre la base de que la familia perdona al asesino, que a menudo es miembro de la misma familia. 

Otras solicitudes incluyen pedir enmiendas a la Ley de Violencia Doméstica para garantizar que existan medidas efectivas que brinden a las niñas y mujeres en riesgo un acceso fácil a la protección sostenible y un sistema más sólido de responsabilidad del Departamento de Protección de la Familia, para que no vuelva a suceder.

El Código Penal de Jordania se deriva en parte del Código Napoleónico de Francia. El artículo 340, que permitía a los jueces dictar sentencias menos severas a los hombres que asesinaran a parientes mujeres por cometer adulterio o tener relaciones sexuales antes del matrimonio, fue derogado recientemente en 2018, en gran parte en parte por el trabajo de activistas de base como Abu Zaineddine.

Pero está el artículo 97, que permite que la pena por un asesinato premeditado se reduzca si se cometió debido a un «ataque de furia» y  permite que los asesinos condenados cumplan tan solo doce meses en la cárcel. Besan Jaber es otra activista e investigadora de derechos humanos con sede en Ammán. Ella explica cómo funcionan las leyes contra víctimas como Ahlam en Jordania: «La ley de sentencias y la ley de protección contra la violencia doméstica en algunos casos justifican estos actos o asesinatos como un acto de ira, lo cual reduce las sentencias»

Se Cumplen 40 años de la #HuelgaFeminista8M de las Mujeres Iraníes

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La movilización de mujeres en Irán contra el patriarcado es una protesta continuada que cumplirá este 8 de marzo 40 años. A horas de la #HuelgaFeminista, las feministas iraníes conmemoran 4 décadas de la suya, cuando ciudadanas de diverso origen y actividad, se convocaron en las calles para demostrar su resistencia al régimen de los Ayatollah.

El activismo feminista en Irán que vemos hoy a través de redes sociales, es una contribución relevante a los movimientos por los derechos de las mujeres en el mundo y no comenzó ayer.

El 8 de Marzo de 1979, 100.000 mujeres tomaron las calles de Teherán, la capital iraní, para protestar contra la decisión obligatoria del nuevo gobierno islámico sobre el hiyab, lo que significaba que a las mujeres se les exigiría llevar un pañuelo en la cabeza cuando estuvieran fuera de casa. La protesta se realizó en el Día Internacional de la Mujer y convocó a mujeres de todos los ámbitos de la vida (enfermeras, estudiantes, madres) marchando, con los brazos levantados en señal de protesta.

En la República Islámica de Irán, el Ayatollah Khomeini restringió severamente los derechos a los que las mujeres se habían acostumbrado bajo el Sha Pavlevi. A los pocos días de la fundación de la República Islámica del Irán, se derogó la Ley de Protección de la Familia de 1967; las trabajadoras del gobierno fueron obligadas a observar el código de vestimenta islámico; a las mujeres se les prohibió convertirse en jueces; las playas y los deportes estaban segregados por sexo; la edad legal de matrimonio para las niñas se redujo a 9 y a las mujeres casadas se les prohibió asistir a las escuelas regulares.

Casi de inmediato las mujeres protestaron por estas políticas. El levantamiento espontáneo de mujeres y hombres el 8 de marzo de 1979 fue un esfuerzo por proteger los logros del derecho de las mujeres conquistados en los 70 años precedentes de la historia iraní.

El papel de las mujeres iraníes en la revolución es paradójico.

Son visibles en la revolución, de una manera espuria: Khomeini necesitaba mujeres para hacer la revolución y sostenerla, pero relegó su papel a un rol binario y sexista: La «Mujer Ideal Revolucionaria» estaba entrenada en la tradición, era buena ama de casa y madre, servicial con los padres, esposos o hermanos piadosos. Para asegurarse de que no tentaran a los hombres, el régimen ordenó a las mujeres que se cubrieran todo menos la cara y las manos, se separaran de los hombres en lugares públicos y fueran supervisadas por la «policía moral». Khomeini llamó al chador la «bandera de la revolución».

Es, precisamente, el estatus quo impuesto por la revolución iraní lo que posibilita el surgimiento de una conciencia feminista. El agobio paulatino impuesto a las mujeres en la sociedad iraní por parte de los Ayatollah, despierta la necesidad de desafiar el poder de interpretación monolítico del clero, reformular conceptos y la ley islámica desde una perspectiva «feminista». Esto produjo fenómenos comunicacionales poderosos como la Revista Zanan, que es un hito en el desarrollo de la lucha por los derechos de las mujeres en Irán.

Con el tiempo, estos feminismos surgidos como resistencia a la revolución no solo abren las puertas de la interpretación de textos sagrados y debates sobre temas de mujeres a grupos distintos a los musulmanes, sino que también rompen con el conservadurismo de género reactivo y la fobia occidental que prevalece entre los fundamentalistas. Más tarde, especialmente con la Internet, se produce una conexión con el feminismo occidental y se crean nuevas conexiones entre las mujeres musulmanas y otros feminismos.

La era digital nos ha permitido conocer, empatizar y apoyar a estas mujeres, saber sus nombres, lo que viven y piensan ya sea desde el exilio como Nazanin Armanian, o prisioneras en Evin como Nasreen Soutoudeh. Y es que la revolución iraní, a su pesar y a pesar de la represión continua, ha producido una inesperada “Revolucionaria Ideal” encarnada en las generaciones de mujeres fuertes e inteligentes que no tienen miedo de desafiar al poder patriarcal hasta que caiga.

Porque va a caer. En todas partes, va a caer.

Llegamos a un nuevo 8 de marzo y la lucha continúa.

Las Yazidis Liberadas de ISIS Rehacen su Vida en una Comunidad de Mujeres

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Miles de seres humanos de la etnia Yazidi fueron secuestrados por el Estado Islámico en 2014 cuando el grupo irrumpió en la frontera con Siria. Durante el genocidio, los hombres Yasidis fueron rodeados y fusilados y luego arrojados a fosas comunes. Las mujeres fueron llevadas para ser vendidas en los mercados de esclavos de Isis, muchas pasaron de Jihadista a Jihadista, quienes les infligieron abuso físico y sexual.

En el desierto oriental, ISIS casi ha perdido el control de su último bastión, Baghuz, pero hay al menos 3.000 mujeres y niñas yazidis cuyo destino es incierto. A los niños Yazidi se les ha lavado el cerebro y grupos de derechos humanos dicen que el suicidio entre los cautivos es común. Incluso aquellos que logran escapar tras años de esclavitud y violación,  no pueden sobrevivir sin ingresos o documentos de identidad.

Sin embargo, para las mujeres Yazidis hay una esperanza en la sororidad.

Jinwar es una comunidad solo para mujeres, creada por las mujeres de la administración local kurda para crear un espacio dondepuedan vivir «libres de las limitaciones de las estructuras de poder opresivo del patriarcado y el capitalismo». Abrió sus puertas en noviembre y 12 de sus 30 casas de adobe albergan a familias kurdas, yazidis y árabes.

Las mujeres construyeron sus propias casas, hacen su propio pan y cuidan el ganado y las tierras de cultivo, cocinando y comiendo juntas. Con ISIS fueron esclavizadas y ahora son libres. Pero incluso antes del Estado Islámico, se quedaban en casa y no salían a trabajar. En Jinwar, aprenden que las mujeres pueden valerse por si mismas.

Jinwar surgió de la ideología democrática que ha impulsado la creación de Rojava, un estado de gestión kurda en el noreste de Siria, desde que estalló la guerra civil en 2011. El área ha prosperado en gran medida a pesar de la presencia de enemigos por todos lados: ISIS, las tropas del presidente sirio Bashar al-Assad y Turquía, que considera a los combatientes kurdos de YPG como una organización terrorista.

La revolución de las mujeres, como se la conoce, es una parte importante de la filosofía de Rojava. Enojadas por las atrocidades cometidas por ISIS, las mujeres kurdas formaron sus propias unidades de combate. Más tarde, las reclutas árabes y yazidis se unieron a ellos en las líneas del frente para liberar a sus hermanas.

Pero aún muchas partes de la sociedad kurda son profundamente conservadoras. Algunas de las mujeres que ahora están en Jinwar han dejado matrimonios arreglados y abuso doméstico. Esas dinámicas, así como el legado de la brutal guerra de ocho años de Siria, deben ser desaprendidas en Jinwar.

Jinwar aún no está terminada: Hay jardines para plantar y una biblioteca vacía que espera libros. La comunidad sigue con ideas. Detrás del centro educativo hay una piscina que se llenará de agua en el verano. La mayoría de las residentes podrán usar una piscina, reservada sólo a los hombres en la mayor parte del Medio Oriente, por primera vez. Las mujeres también han votado para tener lecciones de manejo y para comenzar un negocio de costura.

Hay planes para una segunda comuna en Deir Ezzor, una provincia árabe que aún es escenario de intensos combates para destruir a Isis, pero también existe la sensación de que lo que se ha construido en Jinwar es frágil y podría ser retirado. No está claro qué sucederá cuando las tropas estadounidenses abandonen el área en unos pocos meses. El resurgimiento de la guerra de los hombres es siempre una posibilidad.

Fuente: The Guardian

El Café Sheroes en la India Lucha por Empoderar a las Víctimas de Ataques con Ácido

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Dirigido por sobrevivientes de ataques con ácido, el café es parte de campañas más amplias para el acceso de las mujeres a lugares públicos y la libertad de expresión.

Lejos del centro de atención del Taj Mahal, el Café Sheroes en Agra, India, está dirigido por sobrevivientes de ataques con ácido. Las niñas y las mujeres, que fueron atacadas por sus acosadores, amantes abandonados, parientes o padres, sirven bebidas calientes y trabajan como cocineras. En una esquina, las camisetas que dicen «Detenga los ataques de ácido» y «Mi belleza es mi sonrisa», están a la venta.

Quienes trabajan aquí apoyan campañas más amplias para la igualdad de género: Que las mujeres accedan a lugares públicos sin temor a la violencia y se expresen libremente.

Bala, de 21 años, me dijo que la primera vez que vino al café era una persona callada. Ella había dejado de hablar después de un ataque con ácido, pero este lugar le dio confianza para «abrirse y hablar». Bala tenía 17 años cuando fue atacada por un terrateniente que había matado a su padre. Su hermano denunció el asesinato a la policía y el propietario recibió una sentencia de siete años. A pesar de esto, fue liberado en breve, dijo Bala. «Cuando salió, me atacó con ácido para vengarse».

Rukkya, de 30 años, fue atacada por el cuñado de su hermana, que quería casarse con ella a la edad de 15 años. «Primero pensé que me había tirado café. Estaba gritando. Mi cara se estaba derritiendo y ardiendo. Entonces me di cuenta de que me había echado ácido», me dijo Rukkya.

Los ataques de ácido a menudo tienen la intención de desfigurar a las mujeres que se niegan a casarse con un hombre o rechazan sus avances sexuales. También han sucedido en medio de conflictos familiares, violencia doméstica y abuso conyugal. Por lo general, premeditado y dirigido a la cara de la víctima, el objetivo es el daño a largo plazo.

Rupa, de 24 años, dice que su madrastra la atacó cuando tenía 15 años. Le echó ácido mientras dormía en su casa en un pueblo de Uttar Pradesh.

Sana, ahora de 23 años, fue agredida hace tres años por sus parientes políticos porque no podía cumplir con sus demandas de dote.

Geeta, de 40 años, y su hija de 26 años, Neetu, fueron desfiguradas cuando el marido de Geeta les echó ácido mientras dormían, porque él quería un hijo. También atacó a su hija menor, Krishna, quien luego murió a causa del ataque.

Las mujeres con las que hablé tenían quemaduras de tercer y cuarto grado. Cada una había sufrido daños en el cuero cabelludo, la boca, el cuello, el pecho, los brazos, las manos, los ojos, las orejas y la nariz. El ácido afectaba su piel y desfiguraba sus caras. Soportaron traumas y dolor extremos.

La mayoría de las niñas y mujeres que trabajan en el café Sheroes provienen de áreas rurales y ciudades más pequeñas, principalmente de los estados de Uttar Pradesh y Bihar, donde existen pocos o ningún servicio de salud especializado para apoyarlas. Deben viajar largas distancias para recibir tratamiento y a menudo tienen que ir a un hospital especial administrado por el gobierno en Nueva Delhi, donde la capacidad es baja, el tratamiento es caro y los tiempos de espera son largos.

Todas las mujeres que conocí han tenido varias cirugías reconstructivas. Aunque las víctimas de ataques con ácido tienen derecho a una indemnización de hasta INR 300,000 (alrededor de US $4,600), no es fácil de obtener y es posible que no cubra el costo total del tratamiento y la rehabilitación. Como resultado, las sobrevivientes pueden verse endeudadas.

Bala ya ha tenido ocho cirugías y explica su terrible experiencia después del ataque: «Cuando fui asaltada, llamamos a la policía pero la policía no me escuchó. Estuve sufriendo durante dos o tres horas antes de que me llevaran a un centro médico. Me llevó varias horas conseguir el tratamiento adecuado».

Bala dice que viajó a las citas en Nueva Delhi solo para descubrir que «no hay doctores disponibles». Hacemos un viaje tan largo y no nos ven «.

En 2013, el gobierno indio modificó el código penal nacional para registrar mejor y tratar de frenar las incidencias de ataques con ácido. Los cambios legales restringieron las ventas de ácidos sin receta y le dieron a los vendedores la responsabilidad de solicitar y registrar las identidades de los compradores, los motivos de compra y las cantidades vendidas. Pero este es un país donde las redes sociales fuertes parecen preceder a todo lo demás. El ácido todavía encuentra su camino en manos de los atacantes, y tales ataques aún ocurren.

Mis conversaciones con mujeres en Café Sheroes sugirieron que muchos perpetradores de ataques con ácido quedan impunes ofreciendo sobornos o usando su propia influencia para eludir las leyes. Sin embargo, las mujeres no expresaron enojo. Explicaron que la justicia solo puede venir de la creación de espacios donde se sientan socialmente incluidos, por parte de la comunidad en general, y del refuerzo de las leyes gubernamentales.

Exigieron un mayor enfoque en la prevención, en lugar de la respuesta a la crisis. También expresaron gratitud porque pueden continuar con sus vidas en el café. Su lucha constante por la igualdad revela la verdadera cara de la India.

Por Ritu Mahendru

Maternidad Obligatoria: El Retroceso de los Derechos Reproductivos en Irán

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Los cuerpos de las mujeres en Irán se han convertido en un campo de batalla. Una ley regresiva para impulsar a la población ha restringido las elecciones reproductivas y los derechos de todas las mujeres iraníes. Aunque algunas sufren más que otras.

A principios de la década de 1990, Irán tenía uno de los mejores programas de planificación familiar en el mundo en desarrollo. De 1980 a 2010, logró reducir el número promedio de niños que cada mujer llevaba de seis y medio a dos. Pero estos logros se han revertido desde entonces y todas las mujeres iraníes están sufriendo bajo una legislación regresiva aprobada en 2015.

Como defensora de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, he trabajado con colectivos de mujeres marginadas en distritos subatendidos de Teherán durante cinco años. He visto cómo leyes como La Población General y Exaltación de la Familia (o Ley 315, como se la conoce) afectan de manera más directa y severa a las mujeres más pobres: Trabajadoras sexuales, personas con problemas de drogadicción, mujeres rurales, migrantes y de minorías étnicas. aquellas que eran altamente dependientes de la provisión de anticoncepción del estado.

El primer llamado para revertir la política de dos hijos de facto de Irán se produjo en 2006, cuando el presidente Ahmadinejad dijo que la población debería aumentar de 70 a 120 millones, con mujeres que trabajen menos y dedicando más tiempo a su «misión principal» de criar niños. En 2012, el líder supremo Ayatolá Jamenei dijo que la política tenía sentido hace 20 años, «pero su continuación en años posteriores fue errónea», porque el país enfrentaría una población que envejece y disminuye «si la política de control de la natalidad continúa».

Y así, la Ley 315 fue aprobada por la Asamblea Consultiva Islámica de Irán en noviembre de 2015, por 289 hombres y nueve mujeres. Con él, comenzó un nuevo capítulo en planificación familiar, con cuerpos de mujeres posicionados como un campo de batalla en la lucha por el futuro de Irán. Esta legislación tiene como objetivo impulsar el crecimiento de la población mediante el fomento del matrimonio precoz y la maternidad repetida. Hace esto de varias maneras que quitan el poder a las mujeres y les dan menos poder de opinión sobre sus cuerpos y, por lo tanto, sobre sus vidas.

La ley exige que todas las entidades privadas y públicas otorguen prioridad de contratación, a hombres con hijos, hombres casados sin hijos y mujeres casadas con hijos. Los artículos 10 y 16 impiden que hombres y mujeres solteros asuman puestos de docencia u obtengan licencias para practicar el derecho de familia. 

Los artículos 17 y 18 piden la «desjudicialización» de las disputas familiares a fin de evitar el divorcio con «acuerdos pacíficos» a través de una unidad policial especializada con «oficiales casados, maduros y bien capacitados». La ley no tiene en cuenta si tales asentamientos podrían poner a las mujeres en riesgo de volver a ser víctimas de relaciones abusivas. También crea nuevas barreras al divorcio, descritas en el artículo 21 como «un antivalor con consecuencias perjudiciales socialmente para los cónyuges y los hijos». Los artículos 19 y 20 incentivan a los abogados y jueces a favorecer las conciliaciones con bonificaciones especiales.

En la práctica, la Ley 315 es una negación total de la agencia de la mujer y sus derechos a decidir libremente si casarse, divorciarse o tener hijos y cuándo hacerlo. Codifica la discriminación de las mujeres en el lugar de trabajo. La financiación de la planificación familiar, que había aumentado significativamente el acceso de las mujeres a la anticoncepción moderna en las últimas dos décadas, se recortó poco después de que la ley entrara en vigor.

Pero, por supuesto, no afectará a todas las mujeres iraníes de la misma manera. Las mujeres más ricas todavía pueden comprar anticonceptivos y abortar en el próspero mercado negro que se desarrolló bajo la Ley 315.

Con los ataques conservadores constantes sobre la salud de la mujer y los derechos reproductivos, las respuestas de los grupos de derechos de la mujer deben tener en cuenta las diferentes experiencias de diferentes mujeres; Con demasiada frecuencia, las feministas iraníes ignoran las dimensiones de clase y raza en la compleja matriz de relaciones de poder que dan forma a la desigualdad. Los Derechos Sexuales y Reproductivos se han convertido en un bien de lujo.

Por Zaynab H.

#FreeNasrin La Abogada de DDHH Nasrin Sotoudeh Inicia Huelga de Hambre en Irán

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La activista de derechos humanos, que fue encarcelada en junio, protesta contra los arrestos judiciales y la presión contra familiares y amigos.

La destacada abogada de derechos humanos iraní Nasrin Sotoudeh comenzó otra huelga de hambre en prisión. Sotoudeh anunció su huelga de hambre el sábado en una nota publicada en la página de Facebook de su marido.

Nasrin Sotoudeh es una destacada abogada y activista pro derechos humanos iraní, conocida por su labor letrada en defensa de activistas de derechos humanos, militantes feministas, niños maltratados y menores amenazados por sentencias de muerte. Entre sus clientes notorios puede citarse a la premio Nobel de la paz de 2003 Shirín Ebadí, el periodista reformista Isá Saharjiz o el dirigente del prohibido Frente Democrático, Heshmat Tabarzadí.

Ella protesta por el reciente arresto de un prominente activista de los derechos civiles y el hostigamiento de él y su familia por parte de las fuerzas de seguridad.

Sotoudeh cumplió casi la mitad de una condena de cárcel de seis años impuesta en 2010 por propagar propaganda y conspirar para dañar la seguridad del Estado -llamaciones que ella negó- antes de ser liberada en 2013.

Fue arrestada nuevamente en junio y su esposo, Reza Khandan, quien le dijo a los medios iraníes que Nasrín enfrenta cargos de seguridad.

«Como ninguna de mi correspondencia con las autoridades ha producido un resultado, no tengo más remedio que iniciar una huelga de hambre a partir del [25 de agosto] en protesta por las detenciones judiciales y la presión contra mi familia, parientes y amigos», escribió Sotoudeh.

Ella agregó las palabras: «Con la esperanza del establecimiento de la ley y la justicia en nuestro querido país Irán».

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Sotoudeh, que ha representado a los activistas de la oposición iraní, se embarcó en una huelga de hambre anterior de 50 días en 2012 en protesta por la prohibición de viajar a su hija.

Su caso provocó escándalo internacional, durante la cual los Estados Unidos y el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional criticaron a Irán. Fue liberada en septiembre de 2013 antes de una visita a las Naciones Unidas del presidente iraní, Hassan Rouhani, poco después de que asumiera el cargo en parte por promesas de reformas liberales.

Nasrin ha sido objeto de persecución política, suscitando protestas de diversos organismos y personalidades internacionales, y ha recibido diversos premios en reconocimiento a su labor en defensa de los derechos humanos.

Es estrecha colaboradora de la premio Nobel de la Paz Shirín Ebadí y miembro del Centro de Defensores de los Derechos Humanos co-fundado por ella en 2002. A partir del inicio en 2006 de la «Campaña del Millón de Firmas por la derogación de las leyes discriminatorias», Sotoudeh fue también una de las principales abogadas implicadas en la defensa de las militantes de la campaña.

Se ha destacado también en la defensa de niños y mujeres maltratados, promoviendo en Irán la necesidad de que las víctimas de malos tratos no se vean obligadas a compartir domicilio con los maltratadores. Ha defendido también un mayor recurso a psicólogos infantiles y pediatras para tratar los casos de maltrato.

Sotoudeh representó recientemente a varias mujeres que se habían quitado sus pañuelos en la cabeza, o hiyab, en público para protestar contra el obligatorio código de vestimenta islámica de Irán para las mujeres, según el Centro para los Derechos Humanos en Irán, con sede en Nueva York.

Fuente: The Guardian