Maternidad Obligatoria: El Retroceso de los Derechos Reproductivos en Irán

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Los cuerpos de las mujeres en Irán se han convertido en un campo de batalla. Una ley regresiva para impulsar a la población ha restringido las elecciones reproductivas y los derechos de todas las mujeres iraníes. Aunque algunas sufren más que otras.

A principios de la década de 1990, Irán tenía uno de los mejores programas de planificación familiar en el mundo en desarrollo. De 1980 a 2010, logró reducir el número promedio de niños que cada mujer llevaba de seis y medio a dos. Pero estos logros se han revertido desde entonces y todas las mujeres iraníes están sufriendo bajo una legislación regresiva aprobada en 2015.

Como defensora de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, he trabajado con colectivos de mujeres marginadas en distritos subatendidos de Teherán durante cinco años. He visto cómo leyes como La Población General y Exaltación de la Familia (o Ley 315, como se la conoce) afectan de manera más directa y severa a las mujeres más pobres: Trabajadoras sexuales, personas con problemas de drogadicción, mujeres rurales, migrantes y de minorías étnicas. aquellas que eran altamente dependientes de la provisión de anticoncepción del estado.

El primer llamado para revertir la política de dos hijos de facto de Irán se produjo en 2006, cuando el presidente Ahmadinejad dijo que la población debería aumentar de 70 a 120 millones, con mujeres que trabajen menos y dedicando más tiempo a su «misión principal» de criar niños. En 2012, el líder supremo Ayatolá Jamenei dijo que la política tenía sentido hace 20 años, «pero su continuación en años posteriores fue errónea», porque el país enfrentaría una población que envejece y disminuye «si la política de control de la natalidad continúa».

Y así, la Ley 315 fue aprobada por la Asamblea Consultiva Islámica de Irán en noviembre de 2015, por 289 hombres y nueve mujeres. Con él, comenzó un nuevo capítulo en planificación familiar, con cuerpos de mujeres posicionados como un campo de batalla en la lucha por el futuro de Irán. Esta legislación tiene como objetivo impulsar el crecimiento de la población mediante el fomento del matrimonio precoz y la maternidad repetida. Hace esto de varias maneras que quitan el poder a las mujeres y les dan menos poder de opinión sobre sus cuerpos y, por lo tanto, sobre sus vidas.

La ley exige que todas las entidades privadas y públicas otorguen prioridad de contratación, a hombres con hijos, hombres casados sin hijos y mujeres casadas con hijos. Los artículos 10 y 16 impiden que hombres y mujeres solteros asuman puestos de docencia u obtengan licencias para practicar el derecho de familia. 

Los artículos 17 y 18 piden la «desjudicialización» de las disputas familiares a fin de evitar el divorcio con «acuerdos pacíficos» a través de una unidad policial especializada con «oficiales casados, maduros y bien capacitados». La ley no tiene en cuenta si tales asentamientos podrían poner a las mujeres en riesgo de volver a ser víctimas de relaciones abusivas. También crea nuevas barreras al divorcio, descritas en el artículo 21 como «un antivalor con consecuencias perjudiciales socialmente para los cónyuges y los hijos». Los artículos 19 y 20 incentivan a los abogados y jueces a favorecer las conciliaciones con bonificaciones especiales.

En la práctica, la Ley 315 es una negación total de la agencia de la mujer y sus derechos a decidir libremente si casarse, divorciarse o tener hijos y cuándo hacerlo. Codifica la discriminación de las mujeres en el lugar de trabajo. La financiación de la planificación familiar, que había aumentado significativamente el acceso de las mujeres a la anticoncepción moderna en las últimas dos décadas, se recortó poco después de que la ley entrara en vigor.

Pero, por supuesto, no afectará a todas las mujeres iraníes de la misma manera. Las mujeres más ricas todavía pueden comprar anticonceptivos y abortar en el próspero mercado negro que se desarrolló bajo la Ley 315.

Con los ataques conservadores constantes sobre la salud de la mujer y los derechos reproductivos, las respuestas de los grupos de derechos de la mujer deben tener en cuenta las diferentes experiencias de diferentes mujeres; Con demasiada frecuencia, las feministas iraníes ignoran las dimensiones de clase y raza en la compleja matriz de relaciones de poder que dan forma a la desigualdad. Los Derechos Sexuales y Reproductivos se han convertido en un bien de lujo.

Por Zaynab H.

La Revolución de las Temporeras Marroquíes ante el Abuso Sexual y la Explotación Racista

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Un grupo de jornaleras marroquíes expone la vulnerabilidad ante posibles abusos de mujeres extranjeras, analfabetas, solas y pobres.

Fátima se aprieta los pechos y, a continuación, se frota la vagina con una mano. Simula varios empujones al aire. La temporera marroquí, madre de dos hijos, describe el supuesto abuso de su jefe, un empresario de la fresa de Huelva. Ella gritó y lloró mientras él intentaba besarla a la fuerza y bajarle el pantalón, recuerda. Estaba furiosa y lo empujó hasta zafarse. “Entró como un animal. No iba a dejar que me desnudase. Antes lo mato”, relata con la ayuda de una intérprete.

Fátima es una de las ocho mujeres que en los últimos días han denunciado acoso o abuso sexual en los campos de fresa de Huelva. Sus denuncias han sido recogidas en cuarteles de la Guardia Civil y enviadas a la fiscalía de la provincia. Su experiencia no representa un calvario generalizado —este año han llegado a Huelva para trabajar en el tajo 17.000 mujeres marroquíes—, pero sí la denuncia explícita de una realidad que se esconde bajo la alfombra desde hace una década: la vulnerabilidad ante posibles abusos, más allá de los laborales, de mujeres extranjeras, analfabetas, solas y pobres. Cuatro de ellas aceptaron contar sus casos, bajo la condición de no revelar sus identidades.

A finales de abril la revista alemana Corrective.org, en colaboración con Buzz Feed Noticias, publicó un reportaje sobre los abusos laborales y sexuales en los campos italianos, marroquíes y españoles, en concreto, de Huelva. Aunque los alemanes resucitaron un tema que siempre ha estado latente, los empresarios y los sindicatos mayoritarios se unieron para negar tener conocimiento de ningún caso. La patronal lo achacó a una campaña de desprestigio de los competidores europeos contra la fresa onubense, un negocio fundamental para la provincia y que, según fuentes del sector, facturó 395 millones de euros en la campaña de 2016-2017.

Pero las denuncias empezaron a gotear en los cuarteles y en la prensa. El testimonio de dos víctimas y dos testigos de abusos sexuales en un campo de Moguer llevó a la detención, el 25 de mayo, de un manijero español de 47 años, responsable de supervisar el desempeño de las jornaleras. Las mujeres denunciaron que las chantajeaba con dejarlas sin trabajo si no mantenían relaciones sexuales con él. Quedó en libertad con cargos.

Por entonces, la Consejería de Justicia andaluza ya había pedido a la fiscalía de Huelva una investigación. El ministerio público, además, comenzó a rastrear si había denuncias sobreseídas desde 2015. “Las primeras denuncias nos parecieron serias. Las mujeres no se atrevían a declarar y tuvo que ir la Policía y la Guardia Civil a localizarlas”, mantiene el fiscal jefe de Huelva, Luis Fernández Arévalo, en su despacho. En Marruecos, algunos medios ya exigían explicaciones a su ministro de Trabajo, responsable de la contratación en origen de las mujeres que todos los años envían a los campos españoles durante un mínimo de tres meses.

Fátima y otras nueve mujeres, que escaparon de la misma finca, llevan desde el martes escondidas en una casa de un pequeño pueblo andaluz de fachadas blancas, enclavado entre hectáreas de olivos. El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) las acogió y las alejó de Huelva para garantizar que, al menos, las cuatro que han denunciado hasta ahora, ratifiquen su testimonio ante un juez. Dos abogados de AUSAJ están con ellas desde el principio y cuidan de la causa pro bono.

El SAT está siendo acusado de forzar a las mujeres a contar los abusos. Dos compañeras de estas mujeres se presentaron esta semana en un cuartel de la Guardia Civil para denunciar, en representación de otras 130 jornaleras, que sus compañeras mentían. Las acusaban de denunciar a sus jefes a cambio de poder quedarse en España y criticaban que la repercusión estaba preocupando a sus familias en Marruecos y que podrían prohibirles volver la temporada que viene. La ley de extranjería contempla una autorización de residencia para circunstancias excepcionales, como colaboración con las autoridades policiales o judiciales, pero no es una garantía y su concesión no depende de un sindicato. “Nosotros no ganamos nada con esto. De hecho solo nos están atacando. Pero no podemos permitir que siga sucediendo”, se defiende José Blanco, uno de los miembros del SAT.

Los pasaportes de estas diez mujeres están recién estrenados y muchos de ellos firmados con una equis porque no saben ni escribir su nombre. Han salido por primera vez de Marruecos para recoger fresas por 40 euros al día y servir de sustento a sus familias. Su perfil es el que buscan los Gobiernos marroquí y español para evitar que tras la temporada de recogida se queden en España: viudas, casadas o separadas, de 18 a 45 años, procedentes de zonas rurales y con hijos de hasta 14 años. Relatan que, en el campo, vivían en contenedores de chapa, amueblados con seis literas y sin agua potable. Los vídeos ­–grabados con sus teléfonos móviles– de los días lluviosos muestran cómo el agua se cuela a chorros por el techo. Aseguran que no cobraron nada por su trabajo y que tenían dificultades para comprar comida.

Aicha, madre de dos hijos, está embarazada de siete meses. Eso no le importó al empresario que entró en su dormitorio sin autorización, la cogió del brazo, intentó tocarle los genitales y, según la denuncia, le propuso mantener relaciones sexuales. En otra ocasión, cuando iba camino de la ducha, el mismo hombre se acercó de nuevo. Por gestos ella le dijo que estaba embarazada y casada, a lo que él le respondió –también gesticulando– que podría hacerle una felación o practicar sexo anal. “Esto no se lo conté a la policía por vergüenza y me arrepiento”, confiesa. Tras uno de esos episodios, Aicha sufrió un ataque de ansiedad. Nadie la llevó al médico. Tuvo que hacer autoestop para llegar a un centro de salud. Cuando cuenta que vino a España para conseguir pagar una operación que uno de sus hijos necesita, se desmorona. La intérprete, que hasta entonces se había mostrado distante, también rompe a llorar.

Otras dos mujeres de la casa corroboran el relato de sus compañeras y también denunciaron a su jefe. Con él aprendieron el significado de la expresión “friqui friqui” que solía ir acompañada de un billete de 50 euros. Estas mujeres afirman que las temporeras más veteranas a las que llaman “alcahuetas” las animaban a aceptarlo. Este periódico ha contactado con uno de los responsables de la empresa que ha declinado hacer declaraciones.

La jornalera embarazada no quiere volver a Marruecos, pero no por anhelar quedarse en España: “Ahora no puedo volver porque mi familia y la de mi marido me matarán. Tengo mucho miedo”. La repercusión mediática de los supuestos abusos y de una revuelta que protagonizaron en la finca llegó a los muros de Facebook de los suyos. Su marido la reconoció en las imágenes y le preguntó sobre los abusos. Ella le negó ser una de las víctimas. “Lo único que quiero es que se demuestre la verdad de nuestra historia”, mantiene. “Tengo que recuperar mi dignidad”.

María Marti y Sara Rosati para El País

100 Años de Feminismo en el Nilo: Las Mujeres Egipcias en el Marco de la Marcha Global de las Mujeres

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Frente a la reciente Women’s March (Marcha de las Mujeres) realizada en Washington el pasado 21 de enero, surgen reflexiones en torno a la influencia que este tipo de movilizaciones tienen en las luchas de las mujeres de otras regiones y respecto a de qué manera estas mujeres construyen sus propias dinámicas de emancipación como respuesta al entorno sociopolítico en el que viven. Tal es el caso de Egipto, el cual es considerado como uno de los primeros países de Medio Oriente donde las mujeres han participado activamente en la esfera pública, sobre todo en la política.

El Feminismo en Egipto

Las mujeres egipcias tuvieron una importante presencia en las luchas anticolonialistas desde finales del siglo XIX. A pesar de que su intervención fue más evidente en el levantamiento por la independencia egipcia de 1919, su participación no surgió de manera espontánea, sino que se venía gestando desde décadas atrás. Muestra de ello fue el apoyo que brindaron algunas mujeres al Movimiento Urabi de 1882.

El papel que las mujeres han desempeñado en la política se ha constituido a partir de los procesos de cambio sociopolítico de Egipto. Ante las dinámicas de expansión hegemónica de los distintos mandatos y la gran influencia de sociedades occidentales, las mujeres egipcias han adquirido estándares propios de emancipación, diversas ideologías de movilización; por ejemplo, de corte feminista, islamista, nacionalista, anticolonialista, de izquierda, liberal y sufragista, así como estrategias de contención. Algunas de éstas han sido marchas, levantamientos, asambleas, desobediencia civil, declaraciones formales, publicaciones, organizaciones independientes y expresiones culturales.

El discurso de emancipación de las mujeres egipcias comenzó con las publicaciones de algunas escritoras que criticaban la asignación exclusiva de actividades para las mujeres, como lo hizo Zainab al Fawwaz en 1892, en la revista Al Nil. Años más tarde, en 1910, surgieron otros escritos e incluso libros; por ejemplo, Al Nisa’iyyat de Malak Hifni Nasif.

En el contexto del levantamiento por la independencia de Egipto en 1919, Huda Sharawi, una de las figuras más importantes en la lucha de las mujeres egipcias, fundó en 1923 la Unión Femenina Egipcia. Esta organización pugnaba por los derechos políticos de las mujeres y cambios en la Ley del Estatuto Personal.

En 1922 Egipto obtuvo una independencia nominal por parte de Gran Bretaña y en 1936 fue reconocido como un Estado soberano, pero permanecía bajo el control militar británico en la zona del Canal de Suez [1]. En este marco, entre la década de los treinta y la primera mitad de los años cincuenta, se diversificaron las tendencias de las asociaciones femeninas. Las primera de estas orientaciones se caracterizó por la protesta política, con organizaciones como la Unión de la Hija del Nilo de Doria Shafik, fundada en 1948. Por otro lado, estaban las asociaciones de tendencia comunista; por ejemplo, las Mujeres Jóvenes, formada por Ceza Nabarawi e Inji Aflatoun y las islamistas que se identificaban con la Sociedad de Mujeres Musulmanas creada por Zainab al Ghazali en 1937.

Esta diversidad organizativa tuvo un período de relativa calma durante el régimen de Gamal Abdel Nasser, debido al control político que se estableció sobre el activismo y las movilizaciones. Además, el gobierno se apropió de la cuestión de las mujeres, lo que llevó a la instauración de un “feminismo de Estado”. Nasser combatió a los grupos islamistas y de izquierda. Incluso fueron silenciadas voces de mujeres, como ocurrió cuando fue encarcelada Zainab al Ghazali, acusada de haber participado en un presunto plan de la Hermandad Musulmana para asesinar a Nasser.

Con Anwar al Sadat, se dio un giro definitivo a la postura antiimperialista y antisionista que caracterizaba a Egipto al establecer una paz por separado con Israel e implementar una política económica de puertas abiertas (infitah). Respecto a las mujeres, bajo la influencia de Jehan Sadat, esposa del presidente, se hicieron reformas a la Ley del Estatuto Personal; por ejemplo, se garantizaron derechos legales para las mujeres en cuanto al matrimonio y divorcio. Sin embargo, al igual que ocurrió con Nasser, durante la presidencia de Sadat la cuestión de las mujeres fue definida, en gran medida, por la perspectiva del gobierno.

En 1981 llegó al poder Hosni Mubarak y en el marco de los primeros años de su mandato hubo un resurgimiento de los grupos feministas. Algunas figuras y asociaciones importantes en la década de 1980 fueron Nawal al Saadawi con la Asociación Solidaria de Mujeres Árabes y Fathia al Assal con la Unión de Mujeres Progresistas. Estas dos organizaciones lograron formar parte de una red de solidaridad con mujeres fuera de Egipto; por ejemplo, cuando la activista y profesora afroamericana Angela Davis visitó Egipto y se reunió con Fathia al Assal, Inji Aflatoun y otras mujeres reconocidas por su trayectoria política. Como resultado, en 1985 Davis publicó un ensayo sobre las mujeres egipcias en su libro Mujeres, Cultura y Política, con el que mostró su solidaridad con la lucha feminista egipcia.

Durante los últimos diez años del gobierno de Mubarak existió un descontento enorme por parte de la población respecto a la corrupción, las malas condiciones económicas, el desempleo, entre otros temas. Esta frustración llegó a un punto crítico durante los primeros meses del año 2011 cuando la población egipcia tomó las plazas principales del país y pidió la caída del régimen. Estas revueltas populares ocurridas en el contexto de la llamada Primavera Árabe llevaron a la renuncia del presidente el 11 de febrero del mismo año.

Aunque las insurrecciones no se basaron en cuestiones de género, la presencia femenina en las protestas llamó la atención de los medios de comunicación internacionales, ya que en muchos países había predominado una imagen de sumisión de las mujeres árabes. Asimismo, los movimientos y organizaciones de mujeres pusieron en duda las dinámicas tradicionales de participación femenina en el ámbito público y mediante el uso de la tecnología pudieron encontrar renovados medios de expresión.

Con el paso del tiempo, en Egipto se han observado avances y retrocesos en la trayectoria de la participación política de las mujeres. Tuvieron una presencia activa en la lucha anticolonialista, pero sus asuntos no lograron ocupar un lugar central; posteriormente, las organizaciones de mujeres tomaron forma durante las dos primeras décadas del siglo XX y adquirieron una diversidad ideológica sobre todo en los años cuarenta. A pesar ello, estuvieron en relativa calma debido al control político establecido durante el período de Nasser, el cual fue retomado por Sadat. Con Mubarak, surgió una nueva ola de organizaciones, las cuales se mantuvieron activas en las revueltas populares de 2011.

Influidas por una combinación entre ideas feministas provenientes del exterior, tácticas locales de movilización, así como por el ambiente sociopolítico del país, en la actualidad las mujeres egipcias siguen organizándose y buscando espacios en la política; sin embargo, no dejan de ser vulnerables a las agresiones derivadas del predominio del sistema patriarcal y la censura por parte del gobierno.

Alejandra Gutiérrez Luna
Rebelión

Fuentes de consulta

  • Al-Ali, Nadje. (2002). “Women’s Movement in the Middle East: Case Studies of Egypt and Turkey”. En United Nations Research Institute for Social Development Paper . Vol. 5 . p. 1-42.
  • Badran, Margot. (1993). “More Than A Century Of Feminism In Egypt”. En Tucker, Judith. (Ed.). (1993). Arab Women : Old Boundaries, New Frontiers . Estados Unidos: Indiana University Press.
  • Baron, Beth. (2005). Egypt as a woman. Nationalism, gender and politics . Estados Unidos: University of California Press.
  • Davis, Angela. (1985). Women, Culture & Politics. Estados Unidos: Vintage Books.
  • Saleh, Amani. (2010). Women’s movement in: Kuwait, Egypt, Iran and the UK . Reino Unido: Author House.

Rosa Luxemburgo por Margaret Von Trotta

Rosa Luxemburgo

Película en idioma original con subtítulos en español.

República de Weimar (1919-1933). Una vez terminada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), se produjeron en Alemania movimientos populares de protesta, al frente de los cuales se hallaban Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, que fundaron un partido político revolucionario de carácter comunista: los espartaquistas.

Con gran rigor histórico, narra un retrato de la líder socialista Rosa Luxemburg, desde fines del siglo XIX hasta su muerte en 1919. El guión de cuatro partes y un prólogo presenta a Rosa durante prisión en Wronke, en 1917.

La primera parte retrocede a fines del siglo pasado y comienzos del actual. Rosa Luxemburgo se halla al principio de su carrera como periodista de cuestiones políticas y militante del partido socialista. Más que el éxito profesional, desea ser una mujer al lado de Leo Jogiches, su amante y compañero de lucha.

Luego de una breve estadía en Varsovia, adonde acude Rosa para prestar su apoyo a la primera Revolución Rusa, se ve detenida y encarcelada por este motivo, hasta que los compañeros del Partido Socialista alemán obtienen su rescate.

En 1906, regresa a Berlín. A partir de ese momento, su historia es narrada en forma cronológica hasta su muerte en enero de 1916. Estas informaciones históricas acerca de la revolucionaria Rosa Luxemburgo constituyen una parte importante en el film. Pero igual importancia posee la descripción del mundo de esta mujer.

Pan y Rosas: Una Historia sobre Género, Migración y Lucha Obrera

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Maya y Rosa son dos hermanas mexicanas que trabajan, en condiciones de explotación, como limpiadoras en un edificio de oficinas del centro de Los Ángeles. Un encuentro con Sam, un apasionado activista norteamericano, cambiará sus vidas. Sam las ayuda a tomar conciencia de su situación laboral, para que emprendan una campaña de lucha por sus derechos.

La película nos sirve para reflexionar acerca de muchos temas, como la situación y la composición de la clase obrera en los países centrales, las formas de lucha que puede adoptar en este principio de siglo o sobre las diferencias económicas y las desigualdades sociales. También acerca de la explotación de la mujer trabajadora, de la situación de la fracción de la clase de origen extranjero o sobre las luchas que quedan por venir.

En el Tiempo de las Mariposas

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El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de tres hermanas Mirabal se encontraron en el fondo de un acantilado de la costa norteña de la República Dominicana. Reseñado como un fatal accidente por la prensa oficial, la cuarta de las hermanas, conocidas como las «Mariposas», se encargó de mantener el legado de la familia, su feroz ofensiva contra el régimen de Trujillo.

Basada en la novela de la escritora dominicana Julia Álvarez,

Narra la vida de las tres hermanas Mirabal durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, cuando asumen un compromiso político para tratar de derrocar el régimen trujillista por el que son acosadas, perseguidas y encarceladas. Su familia sufre las represalias del Servicio de Inteligencia Militar, y finalmente son asesinadas. Se destaca la perspectiva de cada una, incluyendo a una cuarta hermana que sobrevivió.

Con  Salma Hayek (también productora), Edward James Olmos, Demian Bichir, Lumi Cavazos, Pedro Armendáriz Jr., Marc Anthony, Geraldine Bazán, Mía Maestro, Ana Martín y Pilar Padilla

Beji Caed Essibsi, Presidente de Túnez: Un Aliado de los Derechos de las Mujeres

Por Leyal Khalife para Stepfeed

La lucha del presidente tunecino Beji Caed Essibsi por las mujeres va fuerte, y su discurso más reciente demostró hasta qué punto está dispuesto a ir. Así como el país celebró el Día Nacional de la Mujer el 13 de Agotso, Essibsi pidió un cambio en la legislación y las prácticas actuales del país con respecto a las mujeres.

«Se llama Libertad de Decisión»

En un discurso pronunciado en el Palacio Presidencial en Cartago, Essibsi instó al primer ministro y ministro de justicia del país a derogar el artículo 73, un decreto de 1973 que prohíbe a las mujeres musulmanas tunecinas casarse con hombres no musulmanes.

El presidente argumentó que la ley -que prohíbe a las mujeres- sólo participar en relaciones interreligiosas- es un «obstáculo para la libertad de elegir a su cónyuge».

Los matrimonios interreligiosos en Túnez – sólo cuando una mujer musulmana se casa con un hombre no musulmán – no son reconocidos por el muftí o autoridad religiosa del país. Los estudiosos islámicos tunecinos en Diwan al-Ifta expresaron su apoyo a los cambios propuestos por el presidente, según Al Arabiya.

La lucha de Essibsi por los derechos de las mujeres no se detuvo aquí. También pidió varias enmiendas a la legislación actual que otorgaría a las mujeres iguales derechos que los hombres, incluyendo los que rigen la herencia. Según la ley islámica, las mujeres heredan la mitad de lo que sus hermanos reciben. Essibsi quiere cambiar eso para las mujeres tunecinas, asegurando al público que sus puntos de vista se correlacionan con la Constitución del país.

El Estado está comprometido a lograr la plena igualdad entre mujeres y hombres … y la igualdad de oportunidades para que asuman todas las responsabilidades, como se estipula en el artículo 46 de la Constitución

La Constitución otorga la «libertad de creencia y conciencia en su sexto capítulo».

No vamos a pasar por reformas que puedan sorprender a la gente, que son en su mayoría musulmanes, pero estamos avanzando hacia la igualdad en todos los campos Estamos convencidos de que la mente legal tunecina encontrará fórmulas apropiadas que no están en conflicto con la religión y sus propósitos, o con la Constitución y sus principios, hacia la plena igualdad.

La convocatoria del presidente coincidió con el Día Nacional de la Mujer, que celebra a las mujeres tunecinas.

En la actualidad, hay 75 mujeres parlamentarias en el parlamento 2017, la mayor representación femenina en cualquier país árabe, y su representación no se detiene en el ámbito político. Según el presidente de Túnez:

Las mujeres representan el 60 por ciento de las personas que trabajan en el sector médico, el 35 por ciento en la ingeniería, el 41 por ciento en el poder judicial, el 43 por ciento en la ley y el 60 por ciento en la educación superior

Túnez es considerada una pionera en los derechos de la mujer en todo el mundo árabe.

Desde hace mucho tiempo, Túnez ha sido aclamada por liderar la región en términos de derechos de la mujer. Sus leyes de estado personal son consideradas como una de las más progresistas en el mundo árabe.

En julio, el parlamento de Túnez aprobó un proyecto de ley que protege a las mujeres de la violencia en lo que Human Rights Watch (HRW) describió como un «paso histórico para los derechos de las mujeres».

La nueva ley, que entrará en vigor el próximo año, introduce nuevas disposiciones penales e incrementa las penas por diversas formas de violencia, acoso sexual y discriminación contra las mujeres.

Entre otras cosas, la ley penaliza el acoso sexual en los espacios públicos, prohíbe el empleo de niños como trabajadores domésticos y elimina un artículo polémico que permite a los violadores casarse con sus víctimas para escapar del castigo.

El Matrimonio Inter-religioso es Problemático

A principios de este mes, las fotos de una pareja interreligiosa que se casó en una iglesia libanesa fueron virales, causando bastante revuelo en las redes sociales.

La pareja – Marwa Fawaz y Boutrous Kattoura – tuvo una boda en la iglesia y una ceremonia de boda islámica.

La pareja recibió una aprobación del jeque Ali Al Ameen, quien basó su decisión en una fatwa que permite a las mujeres musulmanas casarse con «gente del libro», lo que significa cristianos o judíos. También obtuvieron la aprobación del Padre Basilios Nasr, quien ofició su ceremonia de boda en la iglesia.

En declaraciones a Annahar, Nasr dijo: «Nuestro objetivo es unir a las personas en lugar de dividirlas y construir una sociedad basada en la comprensión y el amor».

La pareja también tendrá una ceremonia civil fuera del Líbano para registrar legalmente su matrimonio en el Líbano.