Matrimonio entre Personas Transgénero es Legal en el Islam

Cincuenta de los principales clérigos musulmanes paquistaníes han emitido un decreto religioso o fatwa declarando que las personas trans tienen todos los derechos de matrimonio, herencia y funerales bajo la ley islámica.

La fatwa, emitida el pasado domingo, declaró que una persona transexual nacida mujer pero que tiene «signos visibles de ser hombre» puede casarse con una mujer o un transexual masculino nacidos con «signos visibles de ser mujer» y viceversa. Sin embargo, se determinó que una persona transgénero que expresa «signos visibles de ambos sexos» – o las personas intersexuales – no puede casarse con nadie.

En la actualidad, es imposible que las personas trans se casen en Pakistán, donde el matrimonio homosexual sigue siendo castigado con cadena perpetua, y no existe un reconocimiento al «tercer género» en los documentos de identidad oficiales.

La nueva fatwa también declaró que todo acto destinado a «humillar, insultar o burlarse» de la comunidad trans era «haram» (ilícito), y que las personas trans no debe ser privadas de sus herencias familiares, ni del derecho a ser enterradxs de acuerdo a las ceremonias funerarias musulmanas.

Muhammad Zia-ul-Haq Naqshbandi, representante en la ciudad de Lahore de la organización de la Ley Religiosa Tanzeem Ittehad-i-Ummat que emitió la fatwa, dijo que los padres que han privado a sus hijos o hijas transexuales de sus legítimas herencias están «invitando a la ira de Dios».

Tanzeem Ittehad-i-Ummat no es una organización política, y sus fatwas no son jurídicamente vinculantes. Pero el grupo ejerce influencia gracias a sus decenas de miles de seguidores en todo Pakistán.

Su declaración fue celebrada como una buena noticia para las personas trans marginadas de Pakistán, en un momento en que la comunidad cada vez está siendo blanco de más y más crueles ataques físicos.

El mes pasado, una mujer trans fue acribillada en su casa en el norte de Pakistán, lo cual provocó protestas en todo el país. Otro activista transgénero recibió un disparo en Mayo y murió después de que se le negó tratamiento médico para sus heridas.

Los activistas afirman que las personas trans reciben una protección insuficiente de las autoridades en Pakistán debido a que su identidad se considera tabú. Dieron la bienvenida a la fatwa del domingo y llamaron al gobierno de Pakistán para codificar el decreto con la legislación vinculante.

«Esta es la primera vez en la historia que los clérigos musulmanes han alzado sus voces en apoyo de los derechos de las personas trans», dijo Qamar Naseem, un activista de la comunidad transgénero. «Pero tenemos que ir más allá en la protección de las personas trans y el país necesita introducir una legislación sobre el tema».

Parveen, otro activista trans, también llamó al gobierno a introducir una opción transgénero, junto con el macho y la hembra, en las cédulas de identidad oficiales de Pakistán.

«Me quiero casar con un transexual masculino, pero para el registro de un matrimonio necesito una tarjeta nacional de identidad, haciendo mención de mi género, que no está disponible», dijo. «Me echaron de mi familia en mi infancia. Ahora las autoridades están preguntando por el número de tarjeta de mi padre para mi ID, pero mi familia se niega a verme la cara «.

Samra Habib: Una Chica Queer en la Mezquita

 

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Después de años de vergüenza, que afectaron su relación con la fe, Samra Habib encontró la «Mezquita Unidad» (Unity Mosque), una comunidad espiritual sin prejuicios para conocer a otras personas como ella. Fue el viernes 27 de diciembre de 2013, a las 14:45 pm, cuando su vida se transformó

Estaba emocionalmente y físicamente exhausta porque era la cuidadora principal de mi ex pareja, que estaba en quimioterapia y tenía largas horas de trabajo como redactora en una revista. Yo estaba buscando desesperadamente consuelo, apoyo, guía espiritual y comunidad. Esta tormenta perfecta me llevó a la Mezquita Unidad en el centro de Toronto (Canadá), uno de los pocos espacios de oración en el mundo abierto a musulmanes homosexuales como yo.

Samra Habib es la creadora del Proyecto Fotográfico «Entre Allah y yo» que retrata a las y los musulmanes queer. Al crecer en Pakistán, la Fe fue una gran parte de su educación. Algunos de su recuerdos de infancia más preciados son las tradiciones islámicas que la reunieron con su familia. Incluso ahora, nada la hace sentir más centrada que escuchar una hermosa recitación del Azan (la llamada a la oración) ya sea en su apartamento de Toronto o las atestadas calles de Cihangir.

Sin embargo, durante la mayor parte de sus 20 años, el Islam se sentía como un padre severo: Ella no tenía derecho de decir que era musulmana porque es una chica queer y no llevaba el hiyab. Sus sentimientos de vergüenza eran innegables y afectaron su relación con la Fe.

Después de más de una década de no pisar una mezquita, tenía hambre espiritual. A pesar de que mantenía una relación privada con Dios, deseaba una comunidad espiritual sin prejuicios en la cual conocer a otras personas como ella. Los espacios de oración o «Mezquitas Inclusivas» que dan la bienvenida a musulmanes homosexuales y a la comunidad LGTBQI a menudo no se anuncian públicamente, para proteger la seguridad de las personas.

Durante mi primera visita, me llamó la atención la distribución de la mezquita. El lugar no está segregado por género. Yo había aprendido que las mujeres no deben ser vistas en la mezquita por los hombres. Todas hemos rezado en el sótano, mientras los hombres usan toda la mezquita. Incluso hay entradas separadas para evitar cualquier interacción masculina. Más tarde, traté de contener las lágrimas mientras era testigo como una persona transgénero, recita el mismo Azan que está tan ligado a mi relación con el Islam. Finalmente me sentí como si hubiera encontrado mi gente.

Después de servir un té caliente, la comunidad comparte sus intenciones para orar ese día. Samra pidió que su ex pareja tuviese una pronta recuperación, un refugiado quería que su juicio migratorio se realizara sin problemas, y alguien más quería orar por un compañero enfermo. Las personas queer oraron lado a lado con musulmanes abiertamente heterosexuales, lo que refuerza la idea de que el Islam no es una religión monolítica.

La relación de todos los musulmanes con el Islam está conformado de acuerdo a la clase, la geografía y el contexto cultural, lo que resulta en una interpretación diferente de la religión por sus 1.6 millones de seguidores. Sin embargo, la complejidad y los matices de las experiencias son a menudo pasados por alto.

Jamila Tharp, un Imama (alguien que dirige servicios religiosos) que ha estado organizando espacios de oración para personas queer y trans desde 2011, dice que:

Todas las religiones pueden ser utilizadas como una herramienta para la opresión y hacer daño a las personas y la creación. Los musulmanes LGBTQI merecen sentir y saber que Dios no es la excusa para su opresión. Depende de nosotros como personas recuperar nuestra fe en el Islam como una fe amorosa y vivirla de acuerdo a ello.

De acuerdo a Samra, con cada visita a la mezquita, su relación personal con el Islam se restaura y sus experiencias se validan. Existe un espacio para cuestionar y  re-imaginar lo que significa ser musulmán en el siglo 21 y cómo aplicar las enseñanzas islámicas a nuestra vida de hoy en día. En cierto modo «me siento más musulmana que nunca».

Fuente: The Guardian

«Entre Allah y yo» Muestra Fotográfica Sobre lo Queer en el Islam

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La idea de iniciar un proyecto de fotografía con musulmanes homosexuales se le ocurrió a la fotógrafa con sede en Toronto Samra Habib hace unos años: «Quería mostrar a todos los creativos y brillantes musulmanes LGBTQ con los que me identifico y me gustaría pasar el rato en exposiciones de arte, fiestas gays y la oración Yumu’ah», explica.

En mi opinión, el estigma y prejuicio son algunos de los grandes desafíos que enfrentan los musulmanes queer hoy en día. El Islam está increiblemente mal entendido y la conversación sobre lo queer está recien comenzando. Podemos ser rechazamos por ser queer y musulmanes. a supuesta yuxtaposición del Islam y la Diversidad Sexual se hace aún más complicada por la hostilidad norteamericana hacia los musulmanes, en un clima en el cual los musulmanes luchan por aceptación y visibilidad. ~ Shima (en la foto)

Samra Habib describe lo que significa el proyecto «Entre yo y Allah» para ella:

«El  Islam Mainstream no siempre le da la bienvenida a los musulmanes LGTB, sin embargo, muchas de las tradiciones y  rituales musulmanes brindan consuelo y proporcionan un sentido de pertenencia a los seres humanos, sin distinción».

La exhibición será expuesta en Toronto a partir 18 de junio en coordinación con World Pride.

Hace una década, yo tomé una decisión consciente de  vivir mi vida en voz alta. Con esto quiero decir, sin sentir miedo de expresar ninguna de mis identidades, ya sea sexual, política, cultural y / o religiosa. Naturalmente, me pareció necesario hacerlo, porque había conocido a tantos jóvenes que viven con mucho conflicto, encerrados, con miedo de vivir sus vidas. Esta es una pequeña muestra o un gesto de mi parte para que sepan que no deben subestimar a sus familias o sus comunidades. ~ Samira, participante de la muestra

Habib señala que este trabajo explora las ideas de comunidad y expresión identitaria que se inspiran en el Islam, pero que son re-interpretaciones personales de los individuos, ya sea a través de la celebración de las tradiciones musulmanas en espacios extraños o la incorporación de elementos estéticos y el simbolismo en su vida cotidiana.

En palabras de uno de los participantes, los Queer siempre han existido en el Islam: «Nosotros siempre hemos estado aquí, es sólo que el mundo todavía no estaba preparado para nosotros.»

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Discriminación LGTB en el Islam Latinoamericano

Miembros del Colectivo homo-musulmán Imaan durante el Gay parade en EE.UU.

Las opiniones sobre la legitimidad de las relaciones homosexuales y si los LGTB pueden ser musulmanes, son variadas como las de las otras religiones mayoritarias y han sufrido modificaciones a lo largo de la Historia. La polémica surge de la interpretación de una Sura o Capítulo del Corán llamado «De Lot», sobre la cual se han realizado diferentes interpretaciones, tanto a favor de la inclusión LGTB como en contra, si bien el Corán NO PROHIBE expresamente la homosexualidad y NO CONDENA en ninguna de sus suras a las personas homosexuales.

El castigo legal para la sodomía ha ido cambiando según las escuelas jurídicas del Islam: Algunas prescriben la pena capital, mientras que otras, un castigo discrecional menor. La homosexualidad es considerada un delito y está prohibida en la mayoría de países islámicos, como en Arabia Saudí o Irán. En algunos países islámicos relativamente seculares o multi-religiosos como Argelia, Túnez o Turquía hay más tolerancia.

A pesar de esto, la temática homo-erótica ha estado muy presente en la literatura clásica del mundo árabe e islámico. En la poesía árabe clásica se celebra muy a menudo el amor masculino, siendo más frecuente que las expresiones de atracción a las mujeres.

Algunos de los más importantes poetas árabes, como Abu Nuwas, fueron abiertamente homosexuales. Las Mil y Una Noches, el ejemplo más conocido de la literatura popular árabe medieval, abunda en referencias al amor homosexual:

Me parece ¡oh jeque!, que eres de los que prefieren los jovenzuelos a las mujeres» . Mi amigo sonrió, y dijo: «¡Así es!» Ella preguntó: «¿Y por qué? ¡oh jeque!» […] «me concederás, ¡oh mi señora! que nada en la mujer puede compararse a las perfecciones de un joven hermoso, a su talle flexible, a la finura de sus miembros, al conjunto de colores tiernos que hay en sus mejillas, a la gentileza de su sonrisa y al encanto de su voz. Por cierto que para ponernos en guardia contra una cosa tan evidente, nos dice el propio Profeta: ¡No prolonguéis vuestras miradas sobre los mozuelos sin barba, porque tienen ojos más tentadores que los de las huríes!

De acuerdo a Abdennur Prado, en la recurrencia de la práctica homosexual, pudo influir la tradicional separación de sexos, que han favorecido que las prácticas homosexuales no sean infrecuentes, aunque a menudo de forma clandestina y bajo un velo de hipocresía.

Algunos exégetas musulmanes insisten en esta aceptación de facto de la homosexualidad hasta bien entrado el siglo XX, en el que la influencia colonial por un lado y el desarrollo de movimientos islamistas y puritanos como el wahabismo saudí por otro, hace de la homosexualidad un acto abominable y un delito.

La persecución de los homosexuales en el mundo islámico es muy reciente; tiene que ver con la colonización europea, el puritanismo judeo-cristiano y la influencia de occidente. Existen innumerables pruebas de que hasta la colonización, la homosexualidad era plenamente aceptada. Durante las primeras décadas del siglo XX, el Magreb fue un «Paraíso para los Homosexuales», que huían de Europa en busca de la libertad sexual que se vivía en tierras del Islam. En Marruecos, la homosexualidad es considerada un delito tan solo desde 1972, y esto a causa de la influencia saudí.

En Indonesia (el país con más musulmanes en el mundo) jamás ha estado prohibida. La aceptación de la homosexualidad en la historia del Islam está ampliamente documentada, en diferentes épocas y territorios. No era algo oculto o marginal, sino aceptado socialmente. Los estudiosos occidentales de la homosexualidad han destacado con asombro la actitud mostrada hacia este tema en Dar al-Islam. Merece destacarse la visión de John Boswell sobre la homosexualidad en el Al-Andalus en sus obras «Cristianismo, Tolerancia Social y Homosexualidad» y «Las Bodas de la Semejanza».

Organizaciones de musulmanes progresistas, tales como Fundación Al-Fatiha y Muslims for Progressive Values, aceptan la homosexualidad y la consideran como algo natural, contemplando la condena religiosa como algo obsoleto en el contexto de la sociedad moderna, interpretando que el Corán se manifiesta en contra de la lujuria homosexual y la violación sodomítica, pero no dice nada sobre el amor homosexual.

La escritora lesbiana Irshad Manji ha expresado la opinión de que la homosexualidad es permisible dentro del Islam; sin embargo, esta sigue siendo una opinión minoritaria.

En el Shiismo islámico, pensadores como el Ayatollah Khomeini han argumentado a favor de la legalización de las operaciones de cambio de sexo si «un hombre se siente mujer», ya que el Corán no menciona nada en contra de ello; de hecho estas intervenciones son legales actualmente en Irán. No obstante, esta última visión es errada respecto a la cuestión sexo/género/orientación sexual ya que los homosexuales no son hombres que desean ser mujeres, sino hombres que aman a hombres. Lo mismo vale para el caso de las lesbianas.

Homofobia en el Islam Latinoamericano

Dada la profunda raíz patriarcal de la sociedad latinoamericana, no es extraño que el Islam, si bien de reciente aparición en la percepción pública, haya encontrado en su versión más conservadora, misógina y homofóbica, un terreno favorable para desarrollarse. Sobre todo considerando que la gran mayoría de las mezquitas latinoamericanas son financiadas y patrocinadas por Arabia Saudita.

Las interpretaciones del Corán y la Sunna (Registro de los dichos y acciones del Profeta Muhammad), que restringen la participación de las mujeres y los LGTB en la vida de la comunidad islámica, se nutren del discurso de exclusión y subalteridad pre-existentes en Latinoamérica. En este continente de “Meros Machos” no hay espacios de equidad para las mujeres y los gays, ni para nadie que cuestione el status-quo de los roles de género y orientación sexual.

El Islam latinoamericano, tanto en su versión sunni como shiita, tiene un discurso oficial homofóbico, aunque no siempre evidente, que niega la posibilidad de los homosexuales de ser musulmanes a no ser que “se arrepientan” o escondan su condición.  Esta “prédica de la discriminación” refleja el discurso oficial de la sociedad en general y refuerza el machismo de parte del establishment lo que, facilitado por la reproducción de estereotipos por parte de las personas y medios de comunicación, brinda una justificación a los crímenes de odio a partir de un razonamiento que normaliza aún más la exclusión y la violencia.

Esta argumentación no es patrimonio exclusivo del Islam sino que constituye la postura oficial de las Iglesias Monoteístas respecto a la inclusión LGTB. La Iglesia Católica Chilena, por ejemplo, ha declarado oficialmente a la homosexualidad- y con ello a los homosexuales- como fuera de la naturaleza humana.

Creo que es muy importante que comprendamos que no hay diferencia entre castigar la condición de una persona y la persona misma. Cuando se habla de prohibir o castigar la homosexualidad, estamos hablando de prohibir y castigar personas. Por lo tanto, expresiones como “Yo no soy homofóbico, pero un homosexual no puede ser musulmán” o “Yo no defiendo a los homosexuales, pero condeno la homofobia” no son expresiones de tolerancia ni inclusión y no deben ser valoradas como tales, sino como hipocresía.

Testimonios de Musulmanes Homosexuales en Latinoamérica

Para graficar lo anterior, les invito a leer algunos testimonios de los y las musulmanes LGTB respecto a su lucha por la inclusión en el Islam que recogí :

“Desde joven me he reconocido como homosexual y nunca me sentí incluido en la religión evangélica, a la cual pertenece mi familia. Mis padres no saben que soy homosexual y he tenido un par de relaciones románticas en mi vida. Llevaba algunos meses leyendo sobre el Islam por mi cuenta cuando me atreví a acercarme a una mezquita para hablar con el Sheikh. Una de las primeras cosas que le pregunté fue sobre la homosexualidad. Me dijo que no podía ser homosexual y musulmán, que tenía que elegir. No entiendo cómo puedo hacer eso. Yo NO ELEGI ser Gay, yo SOY gay. No puedo separar mi vida de mi espiritualidad. Al final decidí seguir estudiando el Islam por mi cuenta. Si bien me identifico como musulmán, no me gusta participar en la comunidad, porque siento que estaría mintiéndome a mí mismo y a los demás, sin poder ser quien soy.”

Hassan, 27 años, Uruguay

“Le temo a las reacciones de la comunidad si digo que soy gay.  Me da miedo la violencia. En este país ser públicamente gay es exponer tu vida. Más si eres musulmán y no perteneces a una clase social privilegiada. Te pueden agredir por una u otra cosa. Las mezquitas no ayudan en nada. Los Imames son tan homofóbos como los políticos o el ciudadano promedio. Yo sé que eso no es Islam. Yo sé que el Islam es paz, es libertad, es misericordia. Pero ¿Qué sería de mí si salgo del closet y no tengo apoyo? Hay mucha hipocresía. Nadie admite su homofobia pero nadie hace nada para evitarla tampoco. El silencio es aceptación. No es justo.”

Yasser, 21 años, Chile

“Algunas personas de mi confianza conocen mi orientación sexual. Varios de ellos son musulmanes progresistas. Al igual que yo, están excluidos de la vida comunitaria. Las mezquitas son lugares de reunión de gente reaccionaria. Sufro mucho por ser musulmán y homosexual, te lo digo honestamente. A veces me pregunto porque la gente es tan malvada. A veces me pregunto ¿qué m… hago en el Islam? ¿Por qué hay que soportar tanta amargura? Me preocupa que en el Islam la intolerancia y la violencia contra los gays se hayan institucionalizado y sean vistas como actitudes recomendables.”

Rahman, 20 años, México

“Te discriminan en todos lados. No es fácil salir del closet porque la vida te puede cambiar para mal. Desde lo que pasó con Daniel Zamudio yo lo pienso dos, tres, mil veces. Y no me atrevo. No quiero ver sufrir a mi familia. Puedes pensar que la vida espiritual puede darte cierta paz pero no es así. Hasta ahora, eso es privilegio de heterosexuales. Yo creo en Allah con todo mi corazón, creo que me acepta como soy, pero la realidad es diferente. En la realidad hay personas que traen sus prejuicios a la religión y los socializan como doctrina religiosa.”

Fouad, 24 años, Chile

“¿Sabes dónde yo he podido expresarme con libertad sobre mi orientación sexual y mi religión?  En las redes sociales. He encontrado mucha gente en Facebook con el mismo problema: No tienen a nadie más con quien hablar que aquellas personas que no les conocen. Mi manera de sobrevivir en la comunidad es cumplir a cabalidad con el estereotipo de mujer musulmana. Así, al pie de la letra, como lo describen los libros salafis: Con hiyab, abaya y guantes.”

Amal, 32 años, Argentina

“Ser gay en un contexto musulmán no es nada fácil, ni siquiera en occidente donde hay relativamente más apertura con respecto al tema. Yo me di cuenta de que era gay desde los 12 años; a los 19 años que tuve mi primer experiencia homosexual y apenas hace un par de años que comencé a ser abierto respecto a mi orientación con algunos amigos y miembros de mi familia.

Hubo un momento en el que me deprimía muchísimo, llegué a pensar que el islam no era para mí, pero investigando por Internet en algunos foros y contactando con musulmanes homosexuales y activistas de varias partes del mundo pude cambiar mi panorama…ahora sé que siempre ha habido homosexuales en el mundo musulmán, actualmente muy perseguidos, pero anteriormente famosos e inclusive respetados, eso me hace preguntarme ¿Qué ha pasado estas últimas décadas con el ambiente social del mundo musulmán? a pesar de la represión y la homofobia hay una serie de factores muy interesantes que me han hecho notar que la vida homosexual puede ser tolerada y aceptada por los musulmanes de un modo asombrosamente natural”.

Yussuf, 21 años, México

¿Cuánto hay de cierto en que los LGTB no pueden ser musulmanes? Cuando se afirma esto lo que se está diciendo es que no son humanos, lo cual contradice la realidad. Toda la humanidad es la comunidad de Allah y toda la Creación es una Mezquita. Hay deshumanización en negar la naturaleza humana sólo porque no corresponde a las construcciones culturales basadas en el binomio sexo-género. Hay discriminación en negarles, por la misma razón, el derecho a establecer una relación con la divinidad tal como son. Estas actitudes son fuente de violencia.

La discriminación y el odio contra las personas LGTB no es un problema de identidad y orientación sexual, sino social. No es un conflicto planteado por los LGTB sino por una sociedad que los convierte en un problema, debido a los marcos referenciales basados en el binomio género/sexo. La Homofobia es  un problema heterosexual. Podemos ser parte del problema o de la solución.

El activismo contra las injusticias sociales es un deber de los y las musulmanes, ya que se nos ha encargado combatir la injusticia, denunciarla y rechazarla con todo nuestro corazón. Este es un compromiso ético ineludible en razón de nuestra responsabilidad en la construcción de la paz y la justicia social. La paz no puede existir sin la justicia social. La paz es la voluntad firme y continuada de poner toda nuestra capacidad en la construcción de una convivencia basada en la equidad y en la diversidad.

Si somos creyentes en el Islam como una ética de Paz, entonces una posición fuerte contra la discriminación de todo tipo es un deber para todx musulmán.

Foto: Miembros del Colectivo homomusulmán Imaan durante el Gay parade en EE.UU. 2012

La Paradoja de la Transexualidad en Irán

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Documental que nos relata la paradójica situación que se vive en Irán, un país de población musulmana, donde la transexualidad es legal en el Estado, pero no así la homosexualidad, que está castigada hasta con la pena de muerte.

La tasa de transexuales en Irán es 10 veces mayor que en Europa y es vista como el «mal menor» y la solución a la homosexualidad y el lesbianismo, aunque este último es más difícil de visibilizar en la mayoría de las sociedades de este tipo.

Si parece una contradicción que se persiga la homosexualidad y sean legales las operaciones de cambio de sexo, para el gobierno de Irán no lo es. La idea subyacente es que si un hombre gusta de otros hombres es porque es una mujer y viceversa.

A esto se suma que muchos homosexuales se cambian de sexo a fin de no sufrir de ostracismo ni que les maten por ello. Lo de ejecutar los homosexuales se debe, normalmente, por falsas acusaciones contra los disidentes.

El documental también revela los prejuicios contra quienes no adhieren a los códigos patriarcales y los obstáculos similares que encuentran en todas partes.

Es interesante analizar el hecho de que cambiar el sexo a femenino, implica quedar bajo las reglas que limitan los derechos de las mujeres en los espacios públicos, por ejemplo, la obligatoriedad de cubrirse el cabello al salir a la calle y las restricciones al acceso de educación universitaria y la participación política.