En el Tiempo de las Mariposas

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El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de tres hermanas Mirabal se encontraron en el fondo de un acantilado de la costa norteña de la República Dominicana. Reseñado como un fatal accidente por la prensa oficial, la cuarta de las hermanas, conocidas como las «Mariposas», se encargó de mantener el legado de la familia, su feroz ofensiva contra el régimen de Trujillo.

Basada en la novela de la escritora dominicana Julia Álvarez,

Narra la vida de las tres hermanas Mirabal durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, cuando asumen un compromiso político para tratar de derrocar el régimen trujillista por el que son acosadas, perseguidas y encarceladas. Su familia sufre las represalias del Servicio de Inteligencia Militar, y finalmente son asesinadas. Se destaca la perspectiva de cada una, incluyendo a una cuarta hermana que sobrevivió.

Con  Salma Hayek (también productora), Edward James Olmos, Demian Bichir, Lumi Cavazos, Pedro Armendáriz Jr., Marc Anthony, Geraldine Bazán, Mía Maestro, Ana Martín y Pilar Padilla

Violeta Parra se fue a los Cielos

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El 2017 es el año del centenario del nacimiento de Violeta Parra. Les comparto «Violeta se fue a los Cielos» película y Serie de TV del director Andrés Wood, que narra parte de la vida de la cantautora chilena.

Violeta del Carmen Parra Sandoval nació en 1917. Fue una cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, considerada una de las principales folcloristas en América y gran divulgadora de la música popular de su país.

Primera Parte: Raices

Segunda Parte: Amores

Tercera Parte: Sueños

Su contribución al quehacer artístico y musical chileno se considera de gran valor y trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a varios artistas posteriores, quienes continuaron con su tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y América Latina. Sus canciones han sido versionadas por diversos artistas, tanto chilenos como extranjeros.

En conmemoración de su natalicio, el 4 de octubre fue elegido el Día de la música y de los músicos chilenos.

Violeta Parra se suicidó​ a los 49 años a las 17:40 del 5 de febrero de 1967

Mi Declaración de Independencia

Imagen: Pintura de Beatriz Aurora.

A tí, que compartiste tu voz valiente, sincera y apasionada, te estoy muy agradecida, con toda el alma. Gracias por abrirme tu corazón. La revolución comienza al interior. Son las rebeliones anónimas y cotidianas las que hacen de las mujeres heroínas y protagonistas de los grandes cambios.

Te abrazo desde la distancia con un montón de emociones agradecidas.

«Mi Declaración de Independencia»

La Carta de A.B.

Buen día!

He querido escribir una pequeña nota, para agradecerte por tu trabajo, y contarte como tu lucha y tus principios me han ayudado. Una nunca es consciente de la opresión a la que es sometida en su hábitat, hasta que un suceso nos lleva irremediablemente a enfrentarnos con la realidad que vivimos que, con paños de agua tibia, muchas veces pasamos por alto.

Gracias a mujeres como tú, a las que te precedieron y a las que en el presente impulsan la apropiación de la identidad de nuestro género y la revalorización como sujetos en nuestra comunidad, en nuestra sociedad cualesquiera que sea.

Yo he crecido en un hogar como muchos en Latino américa, de tinte machista. Hace unos días, con mis 25 años, he despejado mi mirada y he aceptado que vivo en un ambiente de violencia de género. No una violencia con agresiones físicas, sino esa violencia que se aplica más tenue, más «fina», con palabras, con actitudes, con acciones que hieren.

He vivido mis 25 años viendo esta violencia aplicada contra mi madre, cuyo victimario es mi padre, siempre con la excusa de corregirla para que sea una buena madre, una perfecta esposa, un ejemplo para los demás.

Siempre en el medio, el viejo y gastado discurso de la sociedad moralmente correcta y del Dios que acusa cuando nosotras no estamos a la «altura» de los hombres. Creo que es por miedo, que nunca me puse en medio de estas constantes agresiones a ella, y yo también, tal vez por costumbre, acepté que esas agresiones tuvieran un nuevo blanco: Yo. En el momento preciso en que la edad y la conciencia te disponen a tomar los rumbos de una nueva vida como personas.

Esta idea de independencia económica, mental, física. no le gusto mucho a mi padre. Yo, como muchas otras chicas, acepte que era normal en un padre. Yo, como muchas otras chicas, pensé que era normal, cuando mi padre me acusa de ir contra los preceptos morales de Dios, cuando hago cosas que a él no le gustan, no le convienen.

Gracias a ti he abierto los ojos. Fue un proceso lento, que se cocinaba dentro de mi, con todos estos pensamientos de la pertenencia a nuestro género, con el camino individual de cada mujer para concebirse a través del feminismo.

Siento como si el viento hubiera arrastrado esas semillitas de tu conocimiento, para plantarlas en mi ser. Y aquí están, brotando, abriéndose paso.

Esta semana, con orgullo, puedo decir, que con toda racionalidad, con autocontrol, – porque la ira por la injusticia me trataba de inundar- con altivez, con identidad: Me he enfrentado a mi padre, cuando incoherentemente, empezó a gritarme, a insultarme y a golpear las cosas a su alrededor para seguramente intimidarme una vez mas.

Le he exigido respeto, le he exigido respeto hacia mi que soy una persona, que además soy su hija, pero no soy un objeto de pertenencia para ningún hombre, ni para ningún sistema que permita que esta violencia, esta inhumanidad contra la mujer, que por el simple hecho de nacer mujer se siga repitiendo.

Mi padre, como muchos otros machos, unos consumados, otros con máscaras ante la comunidad que nos rodea, que los hace ver como el marido, el padre, el hombre perfecto ante la comunidad, que los hace contar con privilegios, casi intachables, pero que en el interior del hogar tienen otra faceta, la de reproducir el aparato represor del patriarcado, contra nosotras las mujeres, como dije, victimas del hombre por la naturaleza de ser mujeres.

He tomado conciencia de que no quiero vivir como mi madre. Quiero mi autonomía para decidir y hacer lo que quiero, sin hacer daño a nadie. Quiero mi libre albedrío para decidir, sin la recriminación de los demás, el camino que quiero construir y caminar.

Porque es esto el feminismo, en definitiva: Empoderarnos de nuestro espacio vital como mujer: Mi hogar, mi trabajo, mi escuela, mi universidad, mi barrio, mi iglesia, mi mezquita, mi centro comunitario, mi ciudad, mi hábitat. Porque la apropiación de mi identidad, la concientización de mi poder como mujer, de la genialidad y la fuerza espiritual que conlleva el ser bendecidas por la naturaleza de pertenecer al genero femenino; de la construcción de nuestras ideas, de las herramientas para hacernos valer, respetar y luchar contra la opresión, inician en el pequeño lugar de mi misma y los que están a mi alrededor.

Gracias por iniciarme en el camino del feminismo; por ayudarme, desde tu reflejo, a identificarme con mi interior; ante todo por, con tus escritos y palabras, darme la fuerza para enfrentarme ante mi realidad, asumir las agresiones y enfrentarme a mi agresor.

El camino recién empieza, y es difícil, ¡pero no imposible!

¡Un fuerte abrazo!

Mucha luz y bendiciones de paz, amor y bienestar para ti y los tuyos».

A.B.

   

El Lenguaje, La Memoria y Las Mujeres de esta Tierra

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Tejedora del Valle Sagrado de Cuzco

El 12 de octubre de 1492 América descubrió el capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe. En su diario, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. Y en eso no se equivocó. Colón creyó que Haití era Japón y que Cuba era China, y creyó que los habitantes de China y Japón eran indios de la India. Pero en eso no se equivocó.

Eduardo Galeano.

Esta fecha es para visibilizar. No sólo la muerte, la depredación y el genocidio, sino además, el papel de las mujeres en la historia – siempre mal escrita- de nuestra resistencia pasada y actual a toda forma de opresión, así como el rol irreemplazable de lo femenino en la cosmovisión de nuestro mundo, en su preservación y memoria.

De mi vida en Cusco, aprendí que son las mujeres las transmisoras de la herencia cultural, del lenguaje y la sabiduría cotidiana. Era hermoso escucharlas en el mercado de San Pedro hablando en quechua. El lenguaje es declaración de vida y de resistencia. Dice Galeano que: «cuando un indígena deja de hablar su idioma, no se civiliza, sino que se suicida» Las mujeres indígenas tienen MEMORIA. Algo de lo que nuestra sociedad de consumo nos ha despojado.

La Machi en el pueblo mapuche, es quien domina el poder del lenguaje y por eso es chamana, médica, consejera, habla con las fuerza de la naturaleza y los antepasados muertos. No hay que subestimar el poder de las palabras. El lenguaje contiene en sus signos el tesoro de la memoria y la identidad, esa identidad prohibida y despreciada donde fulguran todavía algunas claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no la ve. La carga simbólica de las palabras del descubridor lastima, como aquella que recuerda su flagrante ignorancia: «Indios». 

Gracias al aprendizaje del quechua, pude entender la importancia de la tierra para los pueblos originarios, más allá de su valor económico: La Pachamama, el Kaypacha, Wallmapu o Anahuac y sus vínculos sagrados con la existencia humana: «Qawariwayku Pachamamallay Wawaykikunata»: Madre tierra, cuida a tus hij@s. 

Sigue Galeano:

Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indígenas (…) siguen condenados a la negación de su identidad diferente. Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el Otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso

mujer lenca paraguay

Mujer Lenca, Honduras, amamantando a su hijo

Son las mujeres indígenas, tal vez las más invisibles de todas las invisibles, quienes están denunciando la nueva ola de saqueos y depredación de nuestras selvas y reservas de agua, en manos de los hijos de los opresores, que ya no vienen a caballo, sino con permisos de explotación concedidos por los gobiernos de repúblicas que se supone deberían proteger nuestra seguridad alimentaria, la salud futura de nuestros hijos y garantizar que no vayamos muriendo contaminados.

Hoy, en Bolivia, Perú, Chile, en el norte de Argentina, en México y Honduras, las mujeres originarias resisten el embate de las transnacionales, del patriarcado y de un concepto de progreso que, como antes, quiere invisibilizar su cultura y acabar con nuestros recursos. Lo hacen en nombre de tod@s nosotr@s, aunque no siempre hemos tenido la dignidad de devolver esa generosidad.

La herencia y el testimonio que nos dan las mujeres indígenas puede revitalizar nuestra lucha individual y colectiva, en el saber y diálogo cotidiano. Sangre indígena corre por nuestras venas: Somos todas hijas del mestizaje, resultado de la violación y la codicia extranjera. Nunca se ha hablado de la reparación histórica a las mujeres indígenas por los crímenes de abuso sexual con los cuales pagaron el costo de la «evangelización», pero es un tema que en algún momento hay que enfrentar.

Esta «Pasión telúrica» común, debe servir para sacudirnos las estructuras patriarcales impuestas, que nos enseñaron a adorar al opresor, despreciar lo nuestro y a sufrir con los dientes apretados. Para qué? para levantar nuestras voces, recuperar nuestra memoria ancestral de lo femenino y nuestro sentido natural de comunidad y ser originariamente «Mapuche» (Gente de la tierra), «Runakuna» (Personas) o simple y libremente: Seres humanos femeninos.