
El Feminismo de la igualdad, hundido en sólo mirar de qué formas se puede ser mujer u hombre y hablando de género hasta el cansancio, pero no haciendo nada para fugar o destruir estas dos ficciones que atan, que son las primeras cadenas que nos sujetan al Patriarcado
Por Frida Cartas
TransFeminista de a pie, y Lesboterrorista
Hace tres semanas nos llevamos la impresión del año cuando Las Cirujanas, consiguiendo dinero a costa de las luchas históricas de las mujeres, se atrevieron hacer un festival exclusivamente para “debatir” y aplaudir a sus hombres, bajo esta falacia de las Nuevas Masculinidades (un vil copy and paste de las teorías feministas y otro artilugio más de las universidades para hacerse de becas y viáticos, dicho sea de paso).
Lo cual demuestra que por más que hablen de género, no saben mucho sobre esta categoría, pues femenino no es sinónimo de mujer, ni masculino sinónimo de hombre. Y se hacen llamar Femstival como diciendo festival de “mujeres”, pero su programa se centra en nuevas masculinidades como hablando de nuevas maneras de ser “hombre”. Oh, oh.
Después vino el tan publicitado Festival Internacional Lésbico de la ciudad de México, que abordaba, entre otros temas cosificadores, gordófobos y clasistas, un concurso de playeras mojadas, la coronación de una reina estilo playboy, y un taller de maquillaje…
Pero de lesbianas y la identidad política y de lucha que esto conlleva, ni un asomo había. Aún cuando entre sus ponentes e íconos se hallaban feministas de renombre como Patricia Mercado y Gloria Careaga. Quienes evidentemente enmudecieron ante el sexismo y machismo del evento .
Pero la ganadora absoluta del descrédito “antipatriarcal” fue Ixchel Villareal Vázquez, la administradora de esa masiva pagina de Facebook llamada No Quiero tu Piropo, Quiero tu Respeto.
No Quiero Tu Piropo … Ni Tu Feminismo
En esta página se han dedicado desde hace meses a hacer una bitácora post a post sobre cómo ser buen papá, buen hijo, buen hermano, buen esposo, buen novio… cómo ser pues un “Verdadero” y “Gran” hombre, al más puro estilo Martha Debayle. Con el infalible y redituable enfoque de Nuevas Masculinidades, por supuesto.
Esta página se ha empecinado en ser una Plataforma Feminista desde la cual ubicar a los Hombres como prioridad y centro de TODAS sus luchas. Y no exagero. Allí no se cansan de hablar de cuááááááánto sufren ellos, de que no pueden llorar (con lo fácil que es darles a picar una cebolla para que suelten el moco tendido, ¿cierto?) de que la Violencia de Género les afecta (Es claro que violencia se da en las corporalidades con pene, por no alcanzar o cumplir los estereotipos, entre otras cosas, pero por ser hombre, no. Ni de coña) de que el Patriarcado también los oprime igual que las Mujeres… Leyó bien: IGUAL; sí, sí, sí, de la misma forma, con los mismos mecanismos, alcances, implicaciones, repercusiones, injusticias, legitimizaciones, etcétera.
Su pestilente feminismo de la igualdad, entendido como Humanismo (humanismo de Miss Universo, además) atrapado en la carcelaria dicotomía de género, cimentado en el régimen heterosexual, que les hace ver la vida y el mundo como en esa canción de Ricardo Arjona (porque en pareja vinimos y en pareja hay que terminar) aunado a la academia chic, y a sus «cinco pasos adelante del siglo» les han llevado hasta acuñar el término Masculinicidio, para que no quede duda alguna de la igualdad que su página profesa y está, repito, empecinada en esparcir y fomentar.
¿Quéeee? ..¿Masculinicidio?
“Masculinicidio u Hombrecidio”, es, verán, según estudios serios y con-tun-den-tes que difunden en el muro: El asesinato de un hombre por razones de género. ¡Chíngate esa RAE! Tú, RAE, que ni siquieras puedes asimilar el Feminicidio, esto es, que a las asesinadas por un Feminicida, con dolo y misoginia, se les mata por razones de género y no por el sexo biológico como asientas; acá en No quiero tu piropo, Quiero tu respeto ya te ganaron, ¡Real academia de la gran mierda!
Pero hagamos una pausa. Porque un gran sector de Feministas que no sólo nos enunciamos, asumimos, nombramos, y hacemos feminismos día a día, sino que además representamos y somos, una práctica cotidiana de cuestionamientos y autocuestionamientos, con ética y congruencia, estamos hasta el asco y el hastío, de que se vaya por la vida, el mundo y las redes sociales virtuales, afirmando que Feminismo (como si nada más hubiera uno) es el movimiento que busca iguales derechos para, ¿adivinen? Mujeres y Hombres (pa’ no variar y seguir fortaleciendo al patriarcado). Y ya. No hay más fuera de ello.
¿Dé Qué Conciencia Feminista Hablan?
Estamos hasta el coño, porque en la vida real no sólo se puede ser mujer u hombre, esa es una visión infame, errada en la impuesta dicotomía de género, que invisibiliza, condena, sataniza y estigmatiza a muchísimas otras corporalidades e identidades, como las lesbianas, las transgéneros, las transexuales, las indígenas (porque el género atraviesa la etnia, la clase, la religión, etc., no es lo mismo ser mujer blanca, que ser mujer indígena), las trabajadoras sexuales, las maricas (que no gays, ojo que no es lo mismo)… entre otras.
Feminismo inició como un movimiento, claro, pero hoy día es una praxis, y una que no necesita, forzosamente, de un sustrato teórico, medible y cuantificable, como le es vital a la ciencia y academia patriarcal para existir. Hay muchísima gente en el planeta haciendo feminismos en la práctica, en sus vidas, sin siquiera saberlo o nombrarse feminista, sólo porque sabe y siente que no le dejan vivir y no es libre, y hace algo para combatir esa opresión, y no dejarse imponer.
Es un Feminismo tramposo, liado con el Estado, la democracia y las instituciones, vía las políticas públicas y las leyes, que sólo se quedan en el papel y en selfies, o en informes de gobierno o estadísticas de una tesis o una ONG (como si la gente fuéramos números), pero que en los contextos diarios, en la realidad de las mujeres, las no mujeres y la diversidad de mujeres, jamás llegan. Ellas siguen muriendo, física y socialmente, desde por nacer con vulva, y después por el hecho de ser encasilladas dictactorialmente en el “ser mujer”. En el género.
Asumirse, pues, ser feminista, no sólo es un enunciamiento. Implica tomar conciencia de la opresión, dominación, abuso, explotación, coerción y dependencia de todas las formas y categorías poderosamente opresivas y, desde luego, hacer algo contra ellas: Deconstruirlas, destruirlas, reventarlas. De modo que este Feminismo de la Igualdad alienado y alineado con el Estado, no se cansa de publicitar la equidad, la paridad, la cuota, la inclusión, la no violencia, la paz, el respeto, la tolerancia, la libertad de expresión, blá blá blá… adornando así las formas pero jamás combatiendo los fondos. ¿De qué conciencia hablan?
Al consumir todos estos «respetuosos» instrumentos de manipulación, orquestados desde el poder patriarcal, tomados y robados de sus propias demandas feministas, estas defensoras de la igualdad, perpetúan también el control y pacifican la digna rebeldía, beneficiando al sistema. Con ello, mantienen vigente mucha de la violencia de género que se vive, porque Hombre y Estado son dos categorías poderosamente opresivas, que ni siquiera se cuestionan.
Feminismo del Estado, valida el Patriarcado.
Específicamente el Estado Mexicano es la figura del hombre protector, del padre benefactor, el macho feminicida. Y seguir insistiendo que se puede trabajar con él (casarse con él para bajar recursos), es lo mismo que seguir insistiendo que a los hombres hay que llenarlos de nuevas masculinidades, pero no haciendo nada por atacar la raíz del problema. Que es acabar con la idea de ser hombre, y construir otras formas de autogobierno, y otras organizaciones autogestivas.
Nadie les niega sus Feminismos, pero ¿Que deconstruyen algo?, mentira. ¡Una gran mentira! Más bien se dedican a reproducir lo peor del Heteropatriarcado (Hetero NO de heteronorma, como tanto les encanta nombrar, sino de heterosexualidad, cosa que tampoco reconocen ni se cuestionan). Se dedican a reproducirlo con maneras sutiles y a veces no sutiles. Hablan, por ejemplo, de derechos para seguir haciendo familias (diversas, homoparentales, igualitarias), pero no se cuestionan el hecho de seguir relacionándose en familias. Y así por el estilo.
Este Feminismo Heterocéntrico, donde el máximo-ideal es tener una linda familia de cajita feliz Mac donald’s, con un hombre bueno, solidario, que les “ayude” en casa, y de vez en cuando dé unas palmaditas en la espalda a los hijitos, y hasta cambie un pañal si su humor se lo permite, está a todas luces basado en la heterosexualidad, no como orientación sexual, sino como un sistema de control de vidas y cuerpos, un régimen fascista donde lo más “natural” y “normal” es que si naces con vulva eres mujer, si naces con pene eres hombre, y así crecerán un día, consumando el cuento de amor romántico, monógamo, y se casarán, se reproducirán. ¿Fin?
¿Cuando Cuestionamos la Categoría «Hombre»?
La Heterosexualidad y la impositiva Dicotomía de Género, son dos cimientos enormes del Heteropatriarcado, donde el Machismo y el desprecio y odio por la mujer y la feminidad, encuentran su fuerte y conllevan a matar. Y todavía hablan de violencia contra las mujeres y de violencia de género, cuando están ahí, colaborando directamente con él. Hablan para verse activistas, preocupadas, académicas, líderes, importantes. Y no lo digo yo, lo demuestran sus acciones y sus prácticas.
Nadie está negando tampoco que estos hombres no puedan hacer su lucha y se interesen por los feminismos, pero eso lo tendrían que hacer solos, por allá, lejos de los espacios históricamente ganados y construídos. Y lo tienen que hacer sin esperar que nadie les aplaude o les agradezca, porque no están haciendo un favor, ni siendo generosos. Pero al feminismo de la igualdad esto les parece simplemente inconcebible, ya que el sistema capitalista también les ha vendido optimismo, esperanza, hermandad, el “vamos a unirnos con ellos”, porque así somos más “fuertes”. Cuando la verdad es que solas, la diversidad de mujeres, ya somos fuertes y enormes en sí.
¿Y qué es lo que han hecho entonces muchas feministas, como Las Cirujanas, o Ixchel Villareal, a lado de sus “Compañeros”? Se han montado en el discurso igualitario, para venir a decir/ imponer que ellos pueden ser hombres de otras maneras, con nuevas masculinidades. Pero sobre dejar de ser Hombres, no han dicho nada ni se han cuestionado un carajo, ni ellos ni ellas.
Pero LEANLO MUY BIEN: El Feminismo NO necesita de Hombres Feministas, sino de Hombres que dejen de ser Hombres. Y dejar de ser hombres no significa que se trocen el pene o dejen de ser rudos o lloren (eso es lo de menos). Ojalá les diera la capacidad de entendimiento para comprender esto.
Su Feminismo Androcéntrico, como el otro feminismo de la igualdad, polite, académico, y burgués, escudándose en la cultura de la paz, la no violencia, el respeto, la tolerancia, la libertad de expresión, el todos somos humanos , antes de ser mujeres u hombres somos personas … y demás mierdas, nos está oprimiendo, asfixiando. Y no lo vamos a permitir.
Habemos muchas Feministas Rabiosas (porque la rabia es política).Habemos muchas que no aceptamos el manual de la buena feminista y la activista progre, fina y educada. Habemos muchas que no vamos a conciliar, porque no somos dulces: Somos irreverentes, políticamente incorrectas, sucias, subversivas, maleducadas, groseras, intolerantes, y No Queremos tu Piropo, Queremos que te Mueras . Y por decirlo, por no ser lo que nos enseñaron e impusieron (y pretenden imponernos todavía) somos señaladas como las “hembristas, feminazis, odiahombres, microfascistas” y demás.
¡Pues vengan sus etiquetas! ¡Podemos ser peores, eh! ¡Tengan cuidado!
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Debe estar conectado para enviar un comentario.